Según la Fundación Oso Pardo, gracias al esfuerzo de coordinación de las organizaciones de defensa de la naturaleza y las instituciones, esta especie ha conseguido abandonar el peligro de extinción.
La sequía afecta directamente al milano real cuando nace, por lo que el tamaño de sus poblaciones se reduce a casi la mitad y crece su riesgo a la extinción.
Los gorilas cada vez tienen menos espacios seguros, una gran parte de ellos viven fuera de zonas protegidas, y la deforestación y sus muertes para vender su carne de forma clandestina presentan cifras abrumadoras.