El cambio climático nos deja un "agradable" regalo: las molestas plagas de insectos, que no hacen otra cosa que transmitir enfermedades y afectar a cultivos mundiales.
Cuando nos pica una pulga, lo primero que aparece es un círculo rosado en la zona afectada. Seguidamente se produce la hinchazón y la sensación de picor y ardor.