La radiación ultravioleta en Marte podría permitir la existencia de ciertas formas de vida

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16/05/2025 - 12:30
Sensor ultravioleta embarcado en el rover Curiosity de la NASA

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La radiación ultravioleta (UV) más perjudicial para los organismos vivos debido a su alta energía (UV-C) es absorbida en la Tierra por la capa de ozono. Sin embargo, en Marte, la atmósfera contiene muy poca cantidad de ozono, lo que permite que casi toda esa radiación alcance la superficie con una gran capacidad esterilizante, aunque podría ser compatible con ciertas formas de vida.

Así lo determina un estudio encabezado por el Centro de Astrobiología (CAB)-Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA-CSIC), con colaboración del Instituto de Química Física Blas Cabrera (IQF-CSIC). La investigación demuestra que las cantidades de radiación ultravioleta registradas en la superficie marciana son similares a las que se supone existían en la Tierra primitiva, por lo que no serían completamente incompatibles con la vida.

Radiación ultravioleta en Marte medida por el rover Curiosity en el cráter Gale

Esta investigación, publicada en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS), se basa en las mediciones de radiación obtenidas mediante el instrumento REMS, que llegó al cráter Gale, ubicado cerca del ecuador de Marte, en 2012 a bordo del rover ‘Curiosity’ de la NASA. Durante más de cinco años marcianos, equivalentes a más de una década en la Tierra, los científicos analizaron las dosis de radiación ultravioleta en sus tres principales tipos: UV-A, UV-B y UV-C.

Estas categorías se diferencian según su energía y su potencial daño para los seres vivos: la radiación UV-A tiene la energía más baja; la UV-B es más intensa; y la UV-C, con la energía más alta, es la más dañina para los organismos. Los investigadores del CAB que dirigieron el estudio; Daniel Viúdez-Moreiras, María Paz Zorzano y Alberto González Fairén señalaron que, en promedio, la radiación UV que llega a la superficie del cráter Gale está compuesta por un 80 % de UV-A, 15 % de UV-B y 5 % de UV-C.

En la Tierra, la capa de ozono bloquea la radiación ultravioleta y la mayor parte de la UV-B, protegiendo así al planeta. Pero en Marte, la atmósfera es mucho más delgada, casi 100 veces menos densa que la de la Tierra, por lo que no puede detener la radiación solar igual. Por eso, casi toda la radiación llega a la superficie de Marte.

Cambios rápidos y extremos

El estudio también mostró que los niveles de radiación ultravioleta en Marte cambian mucho y muy rápido, pudiendo variar más del 30 % en solo unos pocos días marcianos. Los científicos explicaron que la poca protección que tiene Marte contra esta radiación se debe principalmente al polvo en el aire, especialmente durante la temporada de tormentas de polvo, y en menor grado, al ozono que hay en su atmósfera.

Estas variaciones son difíciles de predecir con los modelos actuales, por eso es muy importante tener instrumentos en la superficie de Marte para medir la radiación y entender mejor el ambiente del planeta.

Aunque la radiación ultravioleta en Marte es muy fuerte y puede matar microorganismos, este estudio dice que no es suficiente para eliminar por completo a todos los microbios terrestres que podrían llegar con las misiones espaciales. Por eso, los científicos insisten en seguir tomando medidas estrictas para evitar contaminar Marte con vida de la Tierra, especialmente en futuras misiones con humanos.

El estudio fue realizado con ayuda del equipo de la misión Mars Science Laboratory (MSL) de la NASA, y recibió fondos de la Unión Europea y el proyecto ‘MarsFirstWater’.

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