Sobrevivir al invierno en un campo de refugiados es una carrera contrarreloj. En los peores meses se pueden alcanzar los 17 grados bajo cero durante la noche. Enviar ayuda a tiempo puede salvar vidas.
Los refugiados afganos han destacado que este invierno lo está pasando muy mal. Por ello, la mayoría están vendiendo sus órganos o incluso a sus hijos.
Más de 6 millones de refugiados van a ver recortada su comida en 2022. Además, muchos de los adultos que se encuentran en campos de refugiados comen menos calorías de las que se recomiendan para un niño.
La mayoría de los amparos se concedieron por razones humanitarias, una figura legal con menos garantías que la de refugiado. En el mundo hay más de 4 millones de solicitantes de asilo.