Un posible escenario es que el SARS-CoV-2 se convierta en otro virus respiratorio estacional. Esta quinta ola estamos observando que el coronavirus afecta más a la gente sin vacunar, lo mismo que ocurre con virus como la gripe.
Además de la pérdida de audición, los altos niveles de ruido provocan problemas psicológicos, como insomnio, estrés o ansiedad, pero también fisiológicos, como aumento de la frecuencia cardíaca o colitis e incluso la muerte.