Las últimas competiciones mundiales de atletismo vuelven a abrir el debate sobre la transexualidad en el deporte

La transexualidad es un tema que ha estado sobre la mesa en estos últimos años. La lucha por los derechos de las personas del colectivo, así como una mejor integración e inclusión en la sociedad, han sido objetivos que han perseguido las políticas más progresistas y aquellas que abogan por los Derechos Humanos. Sin embargo, también ha traído mucha polémica en diferentes entornos, desde el político, pasando por el sanitario el deportivo y por supuesto el social.

En España el respeto y la promoción de derechos en torno a la transexualidad es una de las más avanzadas a nivel internacional, aunque el debate público y la oposición han sido feroces. En esta transición por alcanzar una mayor igualdad, han surgido muchas complicaciones, principalmente en lo referente a considerar a las mujeres trans como mujeres a todos los efectos. Las corrientes de feminismo se han visto impactadas por esto al igual que el deporte, donde estos días se reabre el debate.

La transexualidad en el deporte, una cuestión que continúa levantando ampollas

El debate sobre la transexualidad en el deporte se inició con mayor contundencia hace casi una década, momento en el que empezaron a salir a la luz varios casos de mujeres trans que habían ganado competiciones deportivas internacionales con una ventaja muy superior a las mujeres cisgénero (las que tienen órganos reproductores femeninos y se sienten mujeres) y que incluso habrían llegado a batir varios récords.

Enseguida el debate se centró en el plano biológico remarcando las evidentes diferencias físicas entre la genética masculina y la femenina, que son las que marcan en definitiva las categorías deportivas. Desde las personas que apoyan la igualdad de condiciones entorno a la transexualidad, que una mujer trans pudiese competir en campeonatos femeninos atiene a la igualdad. Sin embargo, algunas deportistas no comporten esta opinión.

Hace algunos días, las atletas Susana Rodríguez y Melani Bergés mostraban su indignación de forma pública ante la participación de la deportista italiana trans Valentina Petrillo. "Soy deportista y no me importa que me ganen, pero esta no es una victoria limpia. Tiene ventaja y me ha tocado la fibra. Yo mido 1,70 y ella me saca una cabeza. Su aspecto es de hombre y, además, para tener casi 50 años tiene muy buenas marcas", le confesó a El Mundo la propia Melani Bergés en una entrevista.

A estas palabras se le unió Susana Rodríguez, quien publicaba en sus redes que: "Una cosa son la inclusión y el respeto hacia todas las personas sin discriminación, y otra, ante la que nos encontramos, es perder el rumbo y aceptar que el deporte sea injusto desde la línea de salida. Mi apoyo es para Melani y para todas las mujeres, porque esto nos afecta a todas".

¿Posibles soluciones?

Hace escasos meses, concretamente a finales de marzo, la Federación Internacional de Atletismo marcó un límite con respecto a la transexualidad en el deporte prohibiendo la participación de mujeres trans en competiciones internacionales de categorías femeninas. En otros caminos abiertos por buscar una solución que más o menos se amolde a las necesidades, atleta trans y científica Joana Harper inició una serie de investigaciones con respecto a este tema.

En 2015 presentó un estudio previo en el que pudo observar cómo los atletas trans que se habían sometido a un tratamiento hormonal y reducían ampliamente su testosterona, no llegaban a presentar ninguna ventaja en comparación a las atletas femeninas. Pero la muerta de sujetos investigados era demasiado reducida por lo que sus resultados no fueron tomados en cuenta.

La propia Harper admitió en una entrevista concedida a la BBC que "cualquiera que haya hecho levantamiento de pesas de alto rendimiento sabe en el fondo de su corazón que esto es verdad: esta situación en particular es injusta para el deporte y para los atletas", refiriéndose a deportistas trans como la pesista Laurel Hubbard, que se convirtió en la primera atleta transgénero en ser elegida para competir en los Juegos Olímpicos de Tokio.

"Se pierden oportunidades únicas en la vida para algunos atletas (medallas y clasificaciones a los Juegos) y no podemos hacer nada", añadía. Hoy el debate de la transexualidad en el deporte vuelve a abrir sus grietas sin soluciones claras a la vista.