La importancia de adaptar el baño para personas con movilidad reducida

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16/02/2022 - 10:00
Un baño adaptado para personas con movilidad reducida

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Adaptar el baño para su uso por personas con movilidad reducida o mayores es fundamental para facilitarles la vida y ayudarles a prevenir accidentes. Además, un aseo cómodo aporta seguridad a quienes ven limitada su movilidad, ya sea por enfermedad, accidente o a causa de la avanzada edad.

La adaptación del baño a las necesidades de una persona con movilidad reducida evitará problemas de fuerza mayor y que se sienta insegura. En este artículo explicamos cómo adaptar un baño para que lo utilicen personas con movilidad reducida y que la hora del aseo resulte lo más cómoda y sencilla posible.

Cómo adaptar el lavabo

En España se exigen tres requisitos a la hora de adaptar un baño destinado al uso por personas con movilidad reducida. Explicamos a continuación cuáles son y qué reformas deben realizarse.

Si la persona con movilidad reducida va en silla de ruedas manual o eléctrica, usar el lavabo suele ser incómodo, ya que su colocación se hace a una altura inadecuada para estos casos. Por ello, la zona del lavabo debe reunir las siguientes características:

  • El borde delantero tiene que situarse a 80 u 85 centímetros del suelo.
  • El espacio libre debajo del lavabo debe ser como mínimo de 70 a 75 centímetros.
  • El espacio de acercamiento debe medir 80 centímetros.
  • El grifo ideal sería uno de tipo palanca.
  • El espejo ha de colocarse a baja altura, cerca del borde, o poderse modular.

También existe la opción de colocar en el baño un lavabo ajustable en altura para que lo puedan utilizar todos los miembros de la familia.

Un inodoro para personas con movilidad reducida

Usar el inodoro puede resultar muy complicado para las personas con movilidad reducida. El problema se agrava si la persona en cuestión tiene problemas de rodillas o de cadera, ya que les cuesta mucho sentarse y levantarse.

Para que ese momento no se convierta en un suplicio se deben tener en cuenta las siguientes características:

  • La altura debe ser de 43 a 47 cm, y preferiblemente de tipo suspendido.
  • El conjunto del inodoro tiene que sobresalir unos 75 centímetros de la pared, para poder acercar la silla de ruedas.
  • La ubicación del inodoro debe estar a 40 centímetros de la pared lateral, con un espacio de maniobra mínimo de un metro desde el eje del inodoro.
  • Tanto el portarrollos como el pulsador de descarga deben situarse de forma funcional para garantizar la agilidad de uso.
  • Es obligatorio contar con un llamador.

Otro asunto importante sería colocar asideros o barras de baño que ayuden a los usuarios a moverse. La zona del inodoro debe contar con asideros horizontales en ambos lados. Lo mejor serían barras abatibles, situadas a 75 cm. Una buena opción para el inodoro sería poner un elevador, que ayude a guardar la medida precisa.

Adaptar la ducha

La zona de la ducha debe ser lo más espaciosa y amplia posible, sin obstáculos y accesible. El baño debe adaptarse en función de que tengamos plato de ducha o bañera, sin olvidar las recomendaciones siguientes:

  • El plato de ducha debe estar a ras del suelo.

Se recomienda contar co un asiento ubicado a 43 o 47 centímetros del suelo.

  • Los asideros deben colocarse a 75 centímetros como mínimo.

Los expertos recomiendan plato de ducha en lugar de bañera, pues resulta mucho mas cómodo tanto para la persona con movilidad reducida como para sus cuidadores. En un plato de ducha se pueden colocar sillas de baño con o sin brazos, taburetes o sillas de baño con ruedas.

Los usuarios de sillas de ruedas podrán entrar a la ducha y sentarse en una de esas sillas para ducharse cómodamente y sin riesgo de caerse. Si en lugar de un plato de ducha dispones de una bañera, esta debe contar con una una tabla para bañera, un asiento giratorio o una silla de baño o taburete. Cualquiera de estas opciones asegura una ducha cómoda y segura.

Los elevadores de bañeras ofrecen excelentes resultados a la hora de ayudar a la persona con movilidad reducida a entrar y salir de la bañera sin problemas.

Además de los tres aspectos mencionados, un baño para personas con movilidad reducida debe contar con una puerta corredera o que se abra hacia afuera, para poder abrirla sin dificultad en caso de que surja cualquier problema.

Otros requisitos importantes serían:

  • Contar con suelos antideslizantes, que evitarán lesiones innecesarias y facilitarán la movilidad.
  • Colocar barras de apoyo antideslizantes para proporcionar seguridad.
  • Poner los accesorios del baño a una altura que no supere 120 centímetros del suelo.
  • El mobiliario no debe incorporarse al lavabo. Así evitaremos problemas con la silla de ruedas.

Si tenemos en cuenta en cuenta todas estas cuestiones, contaremos con un baño perfectamente adaptado para personas con movilidad reducida, quienes no tendrá ningún problema a la hora de asearse.

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