La temporada de alergia al polen se ha visto incrementada por un mes a causa del cambio climático, dando lugar a una mayor duración de los síntomas tan molestos que causa.
Sí, hay personas que tienen alergia al frío, y cuando los meses de invierno llegan para ellos supone una gran batalla contra la que luchar hasta la llegada del tiempo cálido.
El aumento de las temperaturas en invierno ha provocado ambientes más suaves e induce a los árboles y arbustos a prolongar su temporada de polinización y por tanto su alergenicidad.