La crisis climática potencia las enfermedades transmitidas por mosquitos, entre otras afecciones graves

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03/06/2023 - 10:00
La crisis climática, una bomba para la salud humana

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La crisis climática nos está dejando ver como surgen los fenómenos meteorológicos extremos. Esto aumenta la frecuencia y la gravedad de morbilidad y mortalidad de la población.

La salud pública es la primera golpeada por esta crisis, y es que tanto la sequía como la falta de precipitaciones y las altas temperaturas sirven como cóctel potencialmente peligroso para la proliferación de enfermedades varias.

La subtropicalización del clima que vivimos en España, junto a otros factores del cambio climático, han hecho que los ciclos vitales de los mosquitos actúen como transmisores de enfermedades y que puedan expandirse a lugares en los que antes no podían.

La crisis climática deja consigo importantes cambios que afectan a los mosquitos y que nos dejan el aumento de enfermedades vectoriales

Tal y como exponen los expertos en veterinaria y epidemiología, la crisis climática está influyendo en el comportamiento y transmisión de enfermedades vectoriales transmitidas por artrópodos como mosquitos, garrapatas o la mosca negra.

La intensificación o asentamiento de los cambios meteorológicos causados por la el cambio climático han aumentado la presencia y afección de enfermedades tropicales en España, que de forma normal, llegaban por importación.

Según los datos del Boletín Epidemiológico del Instituto de Salud Carlos III, en los últimos cinco años España ha registrado 2.208 casos de paludismo o malaria, además de una tendencia creciente de detección de patologías como el dengue o la fiebre del Nilo.

Y es que, de estas dos últimas patologías, el origen suele ser importado, pero con la combinación de la crisis climática, se puede dar lugar a una situación de emergencia bastante preocupante.

Tanto el dengue como la fiebre del Nilo son enfermedades en las que algunos mamíferos y aves funcionan como reservorios y los mosquitos como vectores de transmisión a los humanos. El riesgo de contagio ya se extiende de abril a noviembre, cosa que puede alargarse debido a la crisis climática.

Y es que ese aumento de las temperaturas, con la ampliación de las estaciones con calor, hace que los mosquitos puedan reproducirse en casi todo el país y durante todo el año en el sur, por lo que su aclimatación puede darse hasta en zonas de mayor latitud, según apuntan los expertos.

Por ello se recomiendan como medidas preventivas emplear recipientes tapados para el agua de boca y introducir peces como las carpas u otros animales que se coman las larvas en espacios de reserva para el riego.

La crisis climática que altera estos patrones naturales, favorece los ciclos reproductivos de los insectos, lo que acaba repercutiendo en la salud pública.

La sequía, una bomba letal para la salud humana

La crisis climática que nos trae la sequía extrema nos deja consecuencias graves, a parte del aumento de vectores de enfermedades.

Esta situación hace crecer el riesgo de la difusión de patologías que se transmiten por el agua, por el impacto que supone la disponibilidad y la calidad del recurso.

Así, en conclusión, la crisis climática también alteras los factores de riesgo ambientales, como el polen y la contaminación del aire, aumentando el riesgo de que la población padezca problemas cardiovasculares y respiratorios.

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