Más jóvenes y más violentos: así es la nueva generación de las bandas juveniles

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16/02/2022 - 09:00
Dos guardias civiles cachean a dos jóvenes en la estación de metro de Arganda del Rey.

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Tras las reyertas entre los Dominican Don't Play (DDP) y los Trinitarios que al menos confluyeron el pasado fin de semana en Madrid, dejando varios muertos y tres apuñalados en estado grave, no se ha hecho esperar una respuesta contundente a las bandas juveniles en España.

Más de 500 policías controlan las calles y parques de Madrid para frenar las posibles represalias y la escalada de violencia detectada el pasado mes de diciembre, cuando se impulsó la operación "Hispano", que en poco más de tres meses se ha saldado con 118 detenidos y decenas de armas incautadas a estos grupos.

Pero algo ha debido fallar cuando las fuerzas de seguridad tienen que priorizar una amenaza como la que constituyen estas bandas juveniles, que contaban a finales de 2021 con 80 grupos activos en el territorio nacional, según datos del Ministerio del Interior.

DDP, Trinitarios, Ñetas, Latin Kings…

Los Latin Kings, los Ñetas, los Trinitarios y los Dominican Don’t Play (DDP) dominan la escena en estos momentos, pero también existen más bandas juveniles, que desde principios del siglo XXI han ido multiplicando su presencia en nuestro país.

Sus miembros son menores de 13, 14 o 15 años, como Jaime, el chico vinculado a los Trinitarios que fue apuñalado mortalmente con un machete por presuntos miembros de los DDP en la calle Atocha, aunque la Policía aún no ha logrado identificarles.

En España, el protagonismo en los últimos días recae en el enfrentamiento entre las bandas juveniles de los Trinitiarios y los Dominicans Don't Play (DDP). Pero, como decíamos, no son las únicas. La pandilla Blood ha copado recientemente titulares por la detención de varios de sus miembros y otras viejas conocidas, como los Ñetas y los Latin Kings, siguen en activo.

También la Mara Salvatrucha, muy violenta, ya está instalada en el país, aunque continúa siendo minoritaria.

Actúan sobre todo en Madrid y Barcelona, pero algunas poco a poco se han hecho fuertes también en País Vasco y están presentes en otras ciudades como Valencia, Zaragoza, Toledo o Guadalajara. Con todo, representan una parte pequeña de la criminalidad global de un país, donde no existen grandes problemas de seguridad ciudadana.

En los últimos años Interior ha localizado cerca de una veintena de grupos en diferentes puntos de la geografía española: Baby King, Bling Bling, One Blood, Master of the Street y Sureños en Mallorca; Bola 8 o The Prestige Family, en Valencia; Black Panther, en Zaragoza; Blood 901, en Pamplona; y Latin Brothers o Trío Latino, en Albacete, son algunos de ellos.

Según recoge Europa Press, el Ministerio del Interior contabiliza 600 grupos organizados y violentos de carácter juvenil en toda España. De los catalogados policialmente como "grupos de referencia" existen siete bandas “latinas” frente a las nueve de extrema derecha, cinco de extrema izquierda y otra relacionada con ámbitos como el deporte.

La sociedad no se ha preocupado por acoger en comunidad a estos jóvenes

Es en el seno de las bandas juveniles se respira el sentimiento de pertenencia. Sus miembros sienten que es su segunda familia.

De hecho, tal compromiso de hermandad es el que les lleva a no mostrar escrúpulos a la hora de delinquir cuando así se lo piden sus superiores, llegando al extremo de ir a matar a sangre fría.

La sociedad, además de marginarles, ha estigmatizado a los integrantes de las bandas juveniles, lo que ha hecho que se reafirmen en su condición de pandilleros.

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