Brecha digital financiera: el 70 % de los seniors solo maneja lo básico 

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24/11/2025 - 13:00
Mano de una persona mayor con un teléfono móvil

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En la era de la digitalización bancaria, donde la mayoría de las gestiones se realizan a través de aplicaciones móviles, internet o cajeros automáticos, una parte significativa de la población se encuentra en riesgo de exclusión: nuestros mayores.

La noticia de que el 70 % de la población senior solo domina operaciones básicas de su cuenta corriente es un dato alarmante que pone de manifiesto una profunda brecha digital financiera. Esta realidad no solo limita la autonomía de nuestros mayores, sino que también los expone a mayores riesgos, dificulta su acceso a servicios esenciales y socava su bienestar en un mundo cada vez más conectado.

Este reportaje analiza las causas de esta brecha digital financiera, el impacto en la vida cotidiana de las personas mayores, y subraya la urgencia de implementar soluciones efectivas que garanticen una verdadera inclusión financiera para todos, adaptando la digitalización a las necesidades reales de este colectivo.

La realidad de la brecha digital financiera

El dato de que el 70 % de la población senior se limita a operaciones básicas como consultar el saldo o retirar efectivo del cajero, deja entrever que un porcentaje muy elevado de nuestros mayores no utiliza (o no sabe utilizar) funcionalidades más avanzadas y, a menudo, esenciales en el día a día, como:

  • Realizar transferencias online.
  • Pagar recibos a través de la banca electrónica.
  • Configurar alertas o notificaciones de movimientos.
  • Gestionar domiciliaciones.
  • Consultar el extracto detallado de la cuenta por internet.
  • Operar con aplicaciones bancarias en el móvil.
  • Utilizar tarjetas de crédito/débito de forma segura en compras online.

Esta limitación se traduce en una mayor dependencia de terceros (familiares o personal bancario), una menor capacidad para gestionar sus finanzas de forma autónoma y, en ocasiones, una mayor exposición a fraudes o estafas por desconocimiento del entorno digital.

Las causas de la desconexión: ¿por qué persiste esta brecha digital financiera?

La brecha digital financiera en el sector senior no es un fenómeno simple; obedece a una combinación de factores históricos, sociales y tecnológicos:

  1. Familiaridad con lo tradicional: Muchos mayores crecieron y se acostumbraron a la banca presencial, con libretas y gestiones cara a cara. El cambio a un modelo digital les resulta ajeno y, a menudo, intimidante.
  2. Miedo a la tecnología y a los errores: Existe una barrera psicológica importante. El temor a equivocarse, a que les roben dinero o a no entender los procesos digitales es un freno considerable.
  3. Falta de acceso o de familiaridad con dispositivos: No todos los mayores poseen un smartphone o un ordenador, o no se sienten cómodos utilizándolos para tareas complejas. La brecha digital financiera de acceso a dispositivos y a internet de calidad sigue siendo una realidad en ciertos colectivos.
  4. Diseño de interfaces poco accesibles: Muchas aplicaciones y webs bancarias están diseñadas para usuarios jóvenes y con experiencia digital, con terminología compleja, letras pequeñas y procesos poco intuitivos para personas mayores.
  5. Reducción de la atención presencial: El cierre de sucursales y la disminución del personal bancario disponible para la atención personalizada han empujado a los mayores a un entorno digital para el que no siempre están preparados, generando frustración y sensación de abandono.
  6. Falta de formación adaptada: La oferta de cursos o talleres de alfabetización digital bancaria, adaptados a sus ritmos y necesidades, sigue siendo insuficiente.

Impacto en la autonomía y el bienestar de las personas mayores

Las consecuencias de esta brecha van más allá de la mera incomodidad:

  • Pérdida de autonomía: La dependencia de terceros para gestiones financieras básicas resta independencia y control sobre sus propios recursos.
  • Mayor vulnerabilidad: El desconocimiento del entorno digital los hace más susceptibles a estafas online y phishing, que a menudo se dirigen específicamente a este colectivo.
  • Estrés y ansiedad: La dificultad para realizar gestiones esenciales genera frustración, estrés y ansiedad, afectando su bienestar emocional.
  • Exclusión de servicios: Algunos servicios bancarios o promociones pueden estar vinculados a la operativa online, excluyendo indirectamente a quienes no la dominan.
  • Movilidad reducida: Para quienes tienen dificultades de movilidad, la imposibilidad de operar online y el cierre de sucursales les obligan a mayores desplazamientos o a depender de otros para acceder al efectivo.

Soluciones y el camino hacia una verdadera inclusión

Abordar esta brecha digital es una responsabilidad compartida entre entidades bancarias, gobiernos, organizaciones sociales y la propia sociedad. Se requieren estrategias multidimensionales:

  1. Formación y capacitación adaptada:
    • Programas de alfabetización digital específicos para mayores, con metodologías didácticas y ritmos pausados.
    • Talleres presenciales y cercanos, impartidos por personal cualificado y con paciencia.
    • Materiales didácticos en formatos accesibles (letras grandes, lenguaje sencillo).
  2. Rediseño de interfaces y canales:
    • Aplicaciones y webs bancarias con diseño más simple, iconos grandes, lenguaje claro y opciones de accesibilidad.
    • Mantener (o reforzar) la atención telefónica y, crucialmente, la atención personalizada en sucursales, especialmente en horarios específicos para mayores.
    • Cajeros automáticos más intuitivos y con opciones de voz.
  3. Políticas públicas de inclusión digital:
    • Inversión gubernamental en acceso a internet de calidad y dispositivos en zonas rurales o para colectivos vulnerables.
    • Promoción de puntos de apoyo digital en bibliotecas, centros cívicos o de mayores.
  4. Sensibilización y apoyo intergeneracional:
    • Fomentar que familiares y amigos apoyen a los mayores en el aprendizaje digital, con paciencia y empatía.
    • Campañas de concienciación sobre la importancia de la inclusión digital de los mayores.
  5. Regulación y supervisión:
    • Exigir a las entidades bancarias estándares mínimos de accesibilidad y atención a los mayores.
    • Supervisar que los servicios bancarios no discriminen indirectamente a quienes no son usuarios digitales avanzados.

La digitalización no debe ser un obstáculo para la autonomía y la dignidad de ninguna persona, especialmente de quienes han contribuido a construir nuestra sociedad. El dato del 70 % de la población senior que solo domina operaciones bancarias básicas no es solo una estadística, es un llamado a la acción para garantizar que la transformación digital sea inclusiva y equitativa. Es una cuestión de derechos fundamentales y de justicia social. Las entidades bancarias tienen una responsabilidad social corporativa ineludible, y los gobiernos deben asegurar que nadie se quede atrás en esta evolución. El objetivo no es obligar a todos a ser "nativos digitales", sino ofrecer alternativas y apoyo para que cada persona pueda gestionar sus finanzas con confianza y seguridad, eligiendo el canal que mejor se adapte a sus necesidades.

La brecha digital financiera que afecta al 70 % de la población senior en el manejo de sus cuentas corrientes es un desafío apremiante en nuestra sociedad. Refleja la necesidad de una digitalización más humana y consciente, que no deje a nadie en la cuneta del progreso tecnológico. Superar esta barrera es fundamental para garantizar la autonomía, el bienestar y la seguridad de nuestros mayores, permitiéndoles participar plenamente en la vida económica y social. La inversión en formación, el diseño accesible y la atención personalizada son las claves para construir un futuro financiero verdaderamente inclusivo, donde la edad no sea un impedimento para acceder a servicios esenciales con dignidad y confianza.

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