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La compañía china BYD, uno de los principales fabricantes de vehículos eléctricos a nivel mundial, ha anunciado la integración masiva de su nuevo sistema de asistencia a la conducción llamado Ojo de Dios. Este avanzado conjunto de tecnologías inteligentes ya se encuentra instalado en más de un millón de vehículos y estará presente en 21 modelos diferentes de la marca, abarcando desde sus vehículos más económicos hasta sus gamas de lujo.
Este ambicioso despliegue no solo subraya el enfoque estratégico de BYD hacia la conducción autónoma, sino que también abre la puerta a una movilidad más segura, conectada y accesible para un público más amplio.
Ojo de Dios es un sistema adaptable a cada tipo de vehículo
Lejos de tratarse de una solución única, el Ojo de Dios ha sido concebido como un sistema modular y escalable, dividido en tres niveles (C, B y A) que responden a diferentes necesidades y segmentos del mercado.
- Nivel C: Orientado a los modelos convencionales de BYD, este nivel incluye 12 cámaras y 17 sensores, ofreciendo funciones avanzadas de asistencia a la conducción, especialmente en autopistas. Está diseñado para modelos asequibles, incluso por debajo de los 10.000 euros, lo que representa un hito en la disponibilidad de esta tecnología.
- Nivel B: Dirigido a las gamas premium como Denza y Fang Cheng Bao, este nivel añade sensores LiDAR, que permiten detectar con mayor precisión el entorno, incluso en condiciones de baja visibilidad. Gracias a esta tecnología, los vehículos pueden operar en modo autónomo dentro de entornos urbanos controlados.
- Nivel A: Exclusivo para la línea de lujo Yangwang, el nivel A incorpora tres sensores LiDAR, junto con otras tecnologías de vanguardia que posibilitan una conducción autónoma más avanzada en ciudad. Este sistema se sitúa en el nivel más alto de asistencia previa a la autonomía total.
Inteligencia artificial al servicio del conductor
Uno de los pilares fundamentales del Ojo de Dios es su capacidad de procesamiento mediante inteligencia artificial (IA). Esta IA permite al vehículo interpretar el entorno en tiempo real, analizando información del tráfico, peatones, señales y obstáculos, y reaccionando con rapidez ante situaciones cambiantes.
De acuerdo con BYD, esta inteligencia no se limita a ofrecer comodidad, sino que incrementa la seguridad activa, ayudando a prevenir accidentes gracias a decisiones más precisas que superan incluso los reflejos humanos.
El sistema permite frenado autónomo de emergencia, mantenimiento de carril, control de crucero adaptativo y otras funciones que elevan el estándar de seguridad, incluso en los modelos más básicos.
Democratizar la tecnología: el verdadero objetivo de BYD
Uno de los aspectos más relevantes del anuncio es el compromiso de BYD con la democratización de la tecnología. En lugar de reservar sus sistemas más avanzados solo para vehículos de gama alta, la marca ha optado por integrar el Ojo de Dios incluso en modelos de bajo coste.
Esta estrategia se alinea con la visión global de BYD, que busca liderar una transición sostenible y equitativa hacia la movilidad inteligente. Según datos de la propia empresa y del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China, el país asiático está priorizando el desarrollo de soluciones de asistencia a la conducción que puedan reducir significativamente la siniestralidad vial y mejorar la eficiencia del tráfico urbano.
Un millón de unidades equipadas: el mundo observa a BYD
Con más de un millón de unidades ya circulando en todo el mundo con esta tecnología, BYD se posiciona como un referente en la industria automotriz global. La rápida adopción del Ojo de Dios evidencia la demanda creciente de soluciones que combinen seguridad, automatización y accesibilidad económica.
Cabe destacar que, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los sistemas de asistencia avanzada podrían reducir hasta un 40 % los accidentes por error humano, lo que refuerza la importancia de iniciativas como esta.
El futuro de la conducción, hoy
En un escenario donde la conducción autónoma ya no es ciencia ficción, sino una meta tangible, tecnologías como el Ojo de Dios se convierten en piezas clave en el ecosistema de movilidad del futuro. BYD demuestra con esta iniciativa que es posible avanzar hacia la autonomía sin excluir a los consumidores de menor poder adquisitivo.
Mientras otras marcas aún reservan sus mejores innovaciones para sus modelos más exclusivos, BYD apuesta por incluir a todos los conductores en esta nueva era, marcando un precedente en la industria automotriz mundial.
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