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La ONU advierte que, pese a los planes nacionales de reducción de emisiones, el mundo solo logrará recortar alrededor del 10 % de los gases de efecto invernadero para 2035, muy lejos de lo necesario para contener el calentamiento global y cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Los retrasos de casi 200 países y el insuficiente ritmo de transición hacia energías limpias ponen en riesgo la estabilidad climática global y muestran que aún queda mucho por hacer.
Retrasos y compromisos insuficientes para enfrentar el calentamiento global
La lucha contra el cambio climático ha sido, durante la última década, un eje central de la cooperación internacional. Sin embargo, el crecimiento de gobiernos populistas y conservadores ha ralentizado de manera significativa el compromiso de los países para enfrentar el calentamiento global. Este retroceso se evidencia en el retraso y la falta de presentación de los planes nacionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el marco del Acuerdo de París.
A pesar de estas dificultades, el área de cambio climático de la ONU estima que los programas actuales podrían conducir a una reducción aproximada del 10 % de las emisiones para 2035. Aunque esta disminución representa un avance, sigue siendo insuficiente para mantener el calentamiento global dentro de límites seguros, según los estándares del Acuerdo de París, que establece que la temperatura global no debería superar los 2 grados Celsius respecto a niveles preindustriales y, de ser posible, mantenerse por debajo de 1,5 grados.
La brecha entre objetivos y realidad
El IPCC, panel científico internacional encargado de analizar el cambio climático, ha trazado escenarios claros de reducción de emisiones. Para mantener el incremento por debajo de 1,5 grados, los gases de efecto invernadero deberían disminuir alrededor del 60 % para 2035 respecto a los niveles de 2019, muy por encima del 10 % que reflejan las proyecciones actuales. Para cumplir la meta de los 2 grados, sería necesario un recorte del 35 %, lo que evidencia la enorme brecha entre los compromisos asumidos y la realidad.
El mecanismo central del Acuerdo de París son las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), planes voluntarios donde los países detallan los recortes de emisiones que se comprometen a implementar. En febrero de 2025 debía presentarse la tercera ronda de NDC con objetivos para 2035.
Sin embargo, debido al incumplimiento masivo de casi 200 países, Naciones Unidas amplió el plazo hasta septiembre, fecha en la que solo 64 países habían cumplido, representando apenas un tercio de las emisiones globales. Esto demuestra que la reducción efectiva de emisiones para frenar el calentamiento global sigue siendo limitada.
Oportunidades y cooperación internacional
Algunos países importantes, como China, la Unión Europea, México y Sudáfrica, han dado señales de sus intenciones, aunque no siempre han presentado formalmente sus planes ante la ONU. Estados Unidos sigue envuelto en la incertidumbre tras la retirada oficial del Acuerdo bajo la administración de Donald Trump, lo que pone en riesgo los compromisos previamente asumidos.
No obstante, según Simon Stiell, secretario del área de cambio climático de la ONU, la transición hacia energías limpias continúa a gran escala y con incentivos económicos. Aunque la humanidad ha logrado inclinar la curva de emisiones hacia abajo por primera vez, el ritmo aún es insuficiente para detener el calentamiento global de manera efectiva.
La cooperación internacional sigue siendo esencial, y cada esfuerzo cuenta para enfrentar los riesgos que el calentamiento global implica para el planeta y para acercarse a los límites de seguridad establecidos.
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