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La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) han encendido las alarmas ante un problema que califican como una amenaza “persistente y prevenible”: la presencia de medicamentos contaminados con sustancias químicas altamente tóxicas.
Según informó la OMS este jueves, este tipo de productos inseguros ha causado muertes y serias afectaciones a la salud, principalmente entre niños, tras la ingesta de fármacos que contienen concentraciones peligrosas de compuestos industriales.
Vulnerabilidades por las que surgen los medicamentos contaminados en la cadena global
El informe, titulado “Medicamentos contaminados e integridad de la cadena de suministro de excipientes farmacéuticos”, señala que estos incidentes no son hechos aislados, sino el resultado de fallas sistémicas en la cadena de suministro de excipientes.
Las consecuencias se sienten con mayor fuerza en países de ingresos bajos y medianos, donde los sistemas regulatorios suelen ser más débiles y el acceso a medicamentos seguros está limitado.
La investigación identifica una problemática grave: la utilización ilegal de productos industriales como el dietilenglicol (DEG) y el etilenglicol (EG) en lugar de excipientes farmacéuticos legítimos como propilenglicol, glicerina y sorbitol. Estos compuestos industriales se usan comúnmente como disolventes y agentes anticongelantes, pero son altamente tóxicos. Incluso pequeñas cantidades pueden resultar fatales, especialmente en menores de edad.
Estas sustituciones ilegales que dan lugar a los medicamentos contaminados, suelen darse en la producción de jarabes para la tos, paracetamol líquido y otros fármacos de uso pediátrico.
Desde octubre de 2022, la OMS ha emitido siete alertas sobre lotes contaminados de medicamentos orales líquidos, muchos destinados a niños y distribuidos en diferentes países de ingresos bajos y medios. Además, se han reportado dos alertas adicionales sobre productos químicos falsificados que se hacen pasar por excipientes farmacéuticos de alta calidad.
En la mayoría de los casos, los medicamentos contaminados implicados son líquidos orales de bajo costo que se venden sin receta. Se trata de productos registrados que se pueden adquirir en farmacias, tiendas de medicamentos o mercados informales.
Una amenaza que también es crimen organizado
La UNODC aporta una perspectiva clave: el problema no solo es sanitario, sino también criminal. El informe detalla cómo redes delictivas organizadas falsifican documentos, introducen químicos industriales en la cadena farmacéutica y aprovechan plataformas digitales para distribuir sustancias no reguladas a nivel mundial.
En muchos casos, la contaminación no se debe a un error, sino a una conducta intencional orientada a reducir costos e incrementar beneficios ilícitos. Esto convierte el fenómeno en un desafío doble: de salud pública y de seguridad internacional.
Ante este panorama de existencia de medicamentos contaminados, OMS y UNODC insisten en la necesidad de reforzar los sistemas regulatorios, aumentar la vigilancia sobre la cadena de suministro y garantizar la integridad de los excipientes utilizados en la producción de fármacos. El objetivo es proteger a todas las poblaciones, con especial énfasis en los grupos más vulnerables, como los niños.
El informe también insta a fortalecer la cooperación internacional entre autoridades sanitarias, organismos de seguridad, aduanas y fiscalías. Asimismo, subraya la importancia de usar instrumentos legales como la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional (UNTOC) para combatir la infiltración criminal en el sector farmacéutico.
Una responsabilidad compartida
La OMS concluye que frenar esta crisis de medicamentos contaminados exige esfuerzos coordinados a escala global, donde participen gobiernos, industria farmacéutica, organismos reguladores y fuerzas del orden.
Solo mediante una estrategia conjunta se podrá evitar que más personas, sobre todo niños, mueran por envenenamiento con productos que deberían salvar vidas, no arrebatarlas.
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