Nuevas reglas fiscales afectan a todos los usuarios de Bizum

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16/12/2025 - 14:30
Bizum

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La llegada de un nuevo año suele traer consigo la tradicional cuesta de enero, pero también una batería de modificaciones legislativas y económicas que afectan directamente al bolsillo de los ciudadanos. El 2026 no será una excepción y llegará cargado de actualizaciones en las pensiones, ajustes en los impuestos de las nóminas y nuevas tarifas de precios públicos. Sin embargo, entre todas las novedades burocráticas, destaca una medida que pone el foco en la tecnología que llevamos en el bolsillo: Hacienda ha preparado un cambio sustancial que afecta a Bizum.

A partir del 1 de enero de 2026, la Agencia Tributaria reforzará drásticamente el control sobre los sistemas de pago electrónicos. La normativa se ampara en el Real Decree 253/2025, un texto legal que parte de una premisa clara: el dinero en efectivo pierde terreno frente a las transacciones digitales. Según la administración, la importancia que han cobrado los sistemas de pago mediante tarjetas y móviles no puede ser ignorada en el ámbito tributario, ya que su fiscalización resulta "necesaria para la investigación del fraude fiscal" y para evitar la economía sumergida.

El fin del límite de los 3.000 euros para empresas

La gran novedad de esta reforma es la integración expresa de las entidades de dinero electrónico y de pago como sujetos obligados a suministrar información, poniéndolas al mismo nivel que los bancos tradicionales. Esto se materializa en la redefinición del modelo 170, el formulario fiscal utilizado para declarar estas operaciones. Hasta la fecha, las entidades solo debían levantar la mano e informar a Hacienda cuando las operaciones superaban un umbral acumulado de 3.000 euros anuales. Ese "cortafuegos" desaparece definitivamente con las campanadas de fin de año.

Desde enero, las entidades financieras tendrán que reportar todos los pagos y cobros de empresarios y profesionales, con independencia de su cuantía. El objetivo es eliminar cualquier punto ciego en la facturación de los autónomos y pequeños comercios, obligando a una transparencia total desde el primer euro ingresado.

Adiós a la opacidad en los cobros profesionales vía Bizum

En términos prácticos, esta eliminación del umbral transforma la manera en la que los pequeños negocios interactúan con sus clientes. Significa que cualquier importe que un fontanero, un comerciante o un freelance cobre a través de Bizum quedará registrado automáticamente para el fisco. Ya no importará si es una pequeña reparación doméstica de 50 euros o una compra menor; todo se trasladará a un informe que la plataforma debe remitir a la Administración.

Además, la periodicidad de esta vigilancia se intensifica. La información sobre las cuentas y los sistemas de cobro mediante móviles pasa de ser anual a mensual. De esta manera, el informe suministrado por el uso de Bizum contendrá datos exhaustivos: la información completa de los profesionales adheridos, el número de comercio que opera, el informe mensual facturado y la identificación de las cuentas bancarias receptoras. Se busca que la trazabilidad del dinero sea absoluta, distinguiendo claramente entre cobros con tarjeta y pagos asociados a un número de teléfono.

¿Están vigilados los pagos entre amigos?

La noticia ha generado un lógico revuelo entre los usuarios particulares, temerosos de que compartir los gastos de una cena o un regalo conjunto acabe en una carta de Hacienda. La respuesta de la Agencia Tributaria es tranquilizadora: las entidades solo informarán de aquellas operaciones donde el destinatario tenga un "contrato de no particular". Por tanto, quedan excluidas de esta vigilancia intensiva las operaciones de Bizum entre particulares, siempre que se mantengan dentro de la lógica de la economía doméstica.

No obstante, los expertos fiscales advierten que no todo vale. Los usuarios deben tener cuidado con patrones que puedan parecer ingresos encubiertos. Operaciones que se repiten en las mismas fechas, cantidades exactas mes a mes (como el pago de un alquiler) o conceptos extraños podrían levantar sospechas, aunque se realicen por Bizum. Si Hacienda detecta que una cuenta personal actúa de facto como una cuenta profesional, podría iniciar una investigación.

Un cerco más estrecho sobre el dinero de plástico

Aunque la atención mediática se la lleva el pago móvil, la normativa también endurece el control sobre las tarjetas tradicionales. Se introduce una nueva obligación de informar anualmente sobre todas las operaciones —abonos, cargos, recargas y retiradas de efectivo— realizadas con cualquier clase de tarjeta. Solo se librarán de este escrutinio aquellas tarjetas cuyo volumen anual de operaciones no supere los 25.000 euros.

El mensaje de la Administración es claro: el objetivo es cerrar el cerco al fraude y mejorar la eficacia recaudatoria. Las sanciones por incumplir o falsear estos datos pueden oscilar entre el 50 % y el 150 % del importe no declarado, una multa considerable que invita a adaptarse rápidamente a esta nueva era para plataformas como Bizum y otros métodos de pago digitales.

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