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El temor que sobrevolaba al sector agroalimentario español desde hace meses se ha materializado este martes, aunque con un impacto menos devastador del que pronosticaban los peores augurios. El Ministerio de Comercio de China ha comunicado su decisión final de aplicar aranceles de hasta el 19,8 % a las importaciones de carne de cerdo y subproductos procedentes de la Unión Europea. Esta medida llega tras la conclusión de la investigación antidumping iniciada el año pasado por el gigante asiático, una maniobra que ha mantenido en vilo a la industria cárnica comunitaria y, muy especialmente, a la española.
La resolución definitiva confirma que las tasas entrarán en vigor de manera inmediata, a partir de este miércoles, y tendrán una vigencia de cinco años. Sin embargo, el sector respira con cierto alivio al constatar que los gravámenes finales son ostensiblemente menores a las tasas provisionales que Pekín puso sobre la mesa el pasado septiembre, cuando amenazó con tipos que escalaban hasta un vertiginoso 62,4 %. Finalmente, el "cañonazo" comercial ha sido calibrado a la baja, permitiendo a las empresas españolas mantener cierta competitividad en un mercado clave.
Detalles de las sanciones y empresas afectadas
El rango de las tasas impuestas varía significativamente en función del grado de colaboración que las compañías han mostrado durante las pesquisas del Gobierno chino. En el extremo más favorable se encuentra la empresa española Litera Meat, tomada como referencia durante la investigación, a la que se le aplicará un gravamen del 4,9 %. Por contra, las compañías que declinaron cooperar con las autoridades asiáticas, así como la holandesa Vion, enfrentarán la tasa máxima del 19,8 %.
Para el grueso de las grandes firmas españolas que sí colaboraron, entre las que figuran gigantes como El Pozo y Campofrío, la sanción se ha fijado en un 9,8 %. Cabe destacar que estos nuevos gravámenes se suman al 12 % de tasas generales que ya gravaban la entrada de productos porcinos antes de este conflicto diplomático.
El trasfondo geopolítico y la modulación de los aranceles
La decisión de Pekín no puede entenderse de forma aislada, sino como una pieza más en el complejo tablero del ajedrez geoeconómico actual. Estas medidas son consideradas ampliamente como una represalia directa por la decisión de Bruselas de imponer tasas a la entrada de coches eléctricos chinos en el mercado comunitario. No obstante, la moderación final en la cuantía de los aranceles sugiere una voluntad por parte de China de no romper completamente la baraja comercial, optando por una respuesta firme pero calculada.
El Ministerio de Comercio chino ha justificado la medida alegando "dificultades operativas" en su propia industria y una "fuerte demanda de protección". En su comunicado, las autoridades aseguran que la investigación ha demostrado que los productos europeos eran objeto de dumping —venta por debajo del precio de coste para ganar cuota de mercado—, causando un "daño sustancial" a la producción nacional. Según el portavoz de Comercio, el proceso ha sido "objetivo, justo e imparcial", garantizando los derechos de todas las partes.
El jamón ibérico se libra de la quema
Una de las noticias más positivas para la "Marca España" es la confirmación de que el jamón ibérico queda fuera de esta nueva estructura impositiva. Al no haber sido incluido en la investigación original sobre competencia desleal, este producto estrella de la gastronomía española no sufrirá la imposición de aranceles, manteniendo intacto su acceso al mercado de lujo asiático.
Sin embargo, el golpe sí afecta de lleno a una amplia gama de productos procesados a partir de cerdos sacrificados. La lista incluye carne fresca, refrigerada y congelada, así como una variedad de despojos vitales para la rentabilidad del sector exportador, como intestinos, vejigas, estómagos y grasas no refinadas. La exportación de estos subproductos, muy demandados en la cocina china pero con escasa salida en el mercado europeo, es fundamental para el equilibrio económico de las cárnicas españolas.
Reacción del sector: diplomacia y alivio moderado
Para España, primer exportador de porcino de la UE a China, lo que estaba en juego era crítico. El mercado chino absorbió cerca del 20 % de las exportaciones españolas en 2024, superando los 1.000 millones de euros en valor. Ante estas cifras, la reacción desde la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca (Interporc) ha sido de pragmatismo y valoración positiva.
Desde la organización atribuyen la rebaja de los aranceles respecto a la propuesta inicial al éxito de la vía diplomática y las continuas conversaciones con las autoridades chinas. En este sentido, destacan la importancia de las visitas institucionales realizadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la más reciente visita de los Reyes de España en noviembre, que han contribuido a suavizar la postura de Pekín.
Alberto Herranz, director de Interporc, ha asegurado que "España sale beneficiada" en términos relativos. Herranz considera que, dadas las circunstancias, el nivel final de los aranceles fijados a las compañías españolas es asumible: "Nos posiciona bien en el mercado chino y sobre todo respecto a otros competidores". De este modo, aunque el sector deberá asumir un coste mayor, la industria española confía en mantener su liderazgo exportador frente a otros países europeos castigados con mayor severidad.
Finalmente, aunque la imposición de aranceles nunca es una buena noticia para el libre comercio, el sector porcino español parece haber esquivado el escenario catastrófico, adaptándose a una nueva realidad comercial que exigirá estrategia y eficiencia para los próximos cinco años.
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