Las frutas y hortalizas cultivadas en invernaderos de Europa cuentan con sellos y certificaciones que demuestran la calidad, salud y prácticas de cultivo en torno a éticas sostenibles.
El proyecto 'Life Agromitiga' se encarga de vigilar la huella de carbono para emplear estrategias de mitigación del cambio climático mediante una agricultura inteligente y de conservación.