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La deforestación tiene un aliado, la IA colaborativa, una tecnología que se encarga de combatir las enfermedades que proceden de los animales.
La tecnología de la Inteligencia Artificial se emplea de forma colaborativa, monitorizando la deforestación. Esta labor es importante ya que se puede luchar contra la aparición de nuevas enfermedades infecciosas.
El caso es que tres de cada cuatro de estas enfermedades proceden de una fuente animal, los cuales se han visto afectados por las alteraciones que el humano ocasiona en sus ecosistemas.
La deforestación es una de las causas de la aparición de nuevas enfermedades
La empresa SAS, de analítica avanzada, junto con el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA) han implementado una IA para poder conocer más al respecto de cómo la tecnología ayuda a identificar la interconectividad de los ecosistemas.
Dicha tecnología se emplea de forma colaborativa mediante una aplicación en línea que está disponible a nivel global, y con la que los ciudadanos pueden ayudar voluntariamente al entrenamiento de una IA.
Esta aplicación pide a las personas que reconozcan una serie de imágenes de la selva. Unas aparecen con el ecosistema intacto, y las otras muestran como está afectado por el desarrollo de la humanidad.
Los datos obtenidos pueden servir como base de datos para dar forma y crear una tecnología que detecte los cambios en el paisaje de una forma más inteligente.
Y es que, por ejemplo, para las personas resulta más fácil encontrar las diferencias entre un río y una carretera, y ocurre todo lo contrario en una herramienta automática.
En este trabajo conjunto, la primera fase está centrada en la deforestación, pero hay otros planes para poder enfocar la plataforma a otras preocupaciones ambientales, así lo ha informado SAS en un comunicado.
La deforestación ya ha afectado a 361 millones de hectáreas en todo el planeta
Ya se han perdido millones de hectáreas en todo el mundo, y a eso se suman las cifras que muestran que reducen en un 9% la cubierta arbórea global, así lo demuestran las cifras recogidas por Global Forest Watch.
Y las cifras siguen en aumento, porque cada vez el impacto es mayor a medida que el hombre va generando en la naturaleza la deforestación, la ganadería intensiva, el cambio de uso del suelo, y demás actividades se originan graves consecuencias en la biodiversidad.
El caso, es que numerosos estudios ya venían avisando que la pérdida de los ecosistemas provocan numerosos daños en la salud de todos nosotros.
La deforestación es una de las principales causas de que ocurran pandemias como la que estamos viviendo
Los animales se quedan sin sus hábitats, quedándose más expuestos al contacto con humanos, lo que facilita la transmisión de patógenos que para ellos son indiferentes, pero para nosotros pueden ser letales.
Ya en el 2016, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) demostró que el 75% de todas las enfermedades infecciosas emergentes en humanos tienen un origen animal.
Utilicemos las nuevas tecnologías para combatir la deforestación, y más aún la que se realiza de manera ilícita. Perjudicar a los ecosistemas es perjudicarnos a nosotros mismos.
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