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A pesar de los avances legislativos en Europa, millones de personas siguen enfrentando obstáculos para acceder al aborto. Un informe de Amnistía Internacional alerta sobre barreras administrativas, sociales y culturales que dificultan la atención sanitaria esencial y advierte sobre intentos crecientes de restringir los derechos reproductivos.
Europa y el acceso al aborto: obstáculos y desafíos actuales
Amnistía Internacional ha publicado hoy un informe que alerta sobre las barreras continuas que limitan el acceso al aborto en Europa. Según la organización, los gobiernos del continente deben garantizar que todas las personas puedan acceder de manera equitativa y universal a servicios de interrupción voluntaria del embarazo.
A pesar de los avances logrados en varias naciones, persisten obstáculos administrativos, sociales y culturales que dificultan la atención sanitaria esencial.
Barreras visibles e invisibles
El informe titulado When rights aren’t real for all: The struggle for abortion access in Europe revela que los obstáculos al aborto son cada vez más complejos. La objeción de conciencia de profesionales sanitarios, los límites gestacionales, el costo elevado y la escasez de personal capacitado son algunos de los factores que impiden el acceso universal.
Además, grupos conservadores y antigénero han intensificado sus esfuerzos para influir en las políticas y leyes, fomentando desinformación y miedo entre la población en cuanto a los derechos reproductivos.
Mónica Costa Riba, responsable de campañas de Amnistía Internacional en materia de derechos de las mujeres, señala que los logros en derechos reproductivos corren el riesgo de retroceder frente a políticas regresivas promovidas por movimientos políticos y religiosos. La organización enfatiza que los derechos reproductivos son un componente fundamental de la salud y la autonomía de las personas.
Las barreras afectan de manera desproporcionada a personas en situación de vulnerabilidad: adolescentes, personas con bajos ingresos, migrantes, solicitantes de asilo, personas con discapacidad o que ejercen trabajo sexual. En al menos 20 países europeos, la legislación penaliza a quienes interrumpen su embarazo fuera del marco legal, aumentando la estigmatización y generando riesgos graves para la salud.
Restricciones legislativas y prácticas
Varios Estados mantienen plazos de espera obligatorios, asesoramiento forzado o requisitos sin justificación médica, lo que retrasa el acceso a la atención. En algunos casos, las leyes exigen incluso el consentimiento de la pareja o la visualización de los latidos del feto. La descoordinación y la falta de planificación frente a la objeción de conciencia también dificultan que los servicios de aborto lleguen a todas las personas que los necesitan.
El movimiento antigénero transnacional está impulsando reformas restrictivas en varios países, desde Croacia hasta Hungría e Italia. Estos intentos buscan limitar el acceso a anticoncepción, planificación familiar y aborto, utilizando argumentos demográficos o ideológicos. En paralelo, protestas e intimidación frente a clínicas aumentan las dificultades, creando un entorno hostil para quienes buscan atención.
España y avances parciales en derechos reproductivos
España se encuentra entre los países que han mejorado el acceso al aborto en los últimos años, eliminando períodos de reflexión obligatorios y protegiendo las zonas alrededor de las clínicas.
No obstante, la objeción de conciencia y la falta de planificación en algunas regiones siguen generando obstáculos. Para garantizar la cobertura universal efectiva, el informe señala que es esencial reforzar la implementación de los derechos reproductivos.
Amnistía Internacional enfatiza que el aborto es una atención sanitaria esencial y un derecho humano. Los gobiernos europeos deben eliminar las barreras existentes, despenalizar el aborto y proteger firmemente los derechos reproductivos, asegurando que todas las personas tengan acceso seguro y oportuno a estos servicios, sin discriminación ni miedo.
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