Menos paro pero más barreras para los mayores de 50 años en España que luchan contra el edadismo

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24/08/2025 - 13:30
El edadismo, una lacra pero que el desempleo para mayores de 50

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La situación laboral de las personas mayores de 50 años en España muestra signos de mejora, pero aún enfrenta barreras difíciles de derribar como el edadismo. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al segundo trimestre de 2025, la tasa de paro en este colectivo se situó en el 9,03 %, lo que equivale a 790.700 personas desempleadas. Aunque la cifra ha descendido casi 3,5 puntos desde el mismo trimestre de 2019, la reincorporación laboral sigue siendo complicada, en gran parte por los prejuicios ligados a la edad.

Más allá del porcentaje de paro, el tiempo que muchas personas llevan buscando empleo es alarmante. De los más de 790.000 desempleados sénior, el 39,1 % lleva más de dos años intentando encontrar trabajo. Esto representa a 309.200 personas que, tras superar la barrera de los 50, se enfrentan a un panorama laboral donde la experiencia pesa menos que la juventud.

En términos generales, España cerró el segundo trimestre de 2025 con 2.553.100 personas en situación de desempleo, marcando una tasa del 10,29 %, la más baja en cifras absolutas desde 2008. Sin embargo, el paro de larga duración sigue afectando especialmente a los sénior. De los 617.200 parados que llevan más de dos años buscando empleo, el 50,09 % son mayores de 50 años, y los estigmas que surgen con el edadismo hacen aún más cruda esta situación.

Edadismo: una barrera invisible pero persistente

Las cifras no son fruto del azar. Diversos expertos apuntan a este concepto como una de las causas más relevantes detrás del desempleo sénior. Elsa Novo de Miguel, responsable de Formación para el Empleo y el Emprendimiento Verde en Fundación Endesa, señala que la sociedad aún arrastra una visión de la juventud como “valor supremo”. Este prejuicio cala también en las empresas, dificultando la contratación de personas mayores.

“Hace 30 años, tener 50 era sinónimo de vejez. Hoy, la vida laboral se ha alargado, pero seguimos atrapados en los mismos clichés”, afirma Novo respecto al edadismo. Frente a esta percepción, aboga por cambiar el enfoque empresarial y social para aprovechar el talento sénior, cada vez más numeroso en una sociedad envejecida.

Ante este panorama, iniciativas como Generación Savia, impulsada por Fundación Endesa, han demostrado ser un salvavidas para quienes deben reinventarse profesionalmente a partir de los 50. Con herramientas que van desde la orientación laboral hasta talleres de habilidades digitales, programas como Savia Impulsa han logrado transformar la incertidumbre en nuevas oportunidades y luchar contra el edadismo.

Es el caso de María José Fernández, quien tras 25 años en una empresa de construcción se quedó sin empleo a los 54. “No tenía ni currículum ni perfil en LinkedIn. No sabía ni por dónde empezar”, recuerda. A través de su marido conoció Generación Savia, y gracias a los talleres y el apoyo recibido, no solo aprendió a buscar empleo, sino que fue contratada en abril por la Fundación Infantil Ronald McDonald. “Volví al mercado laboral y me reinventé. Pasé del sector de la construcción al tercer sector”, celebra.

Talento, estabilidad y compromiso: las fortalezas del trabajador sénior

Además de experiencia, los mayores de 50 aportan a las empresas algo que a menudo se subestima: compromiso. Según Plácido Fajardo, fundador de la consultora Leaderland y patrono de la Fundación Mashumano, este perfil se caracteriza por una mayor estabilidad y menor rotación. “No son ‘turistas laborales’. Están dispuestos a quedarse, a comprometerse, y su curva de aprendizaje es mucho más rápida gracias a su bagaje”, afirma.

Fajardo insiste en que los prejuicios sobre falta de adaptación o habilidades tecnológicas son erróneos y profundamente injustos. “Pensar que por ser mayor alguien no puede aprender o cambiar es una idea sin fundamento. La edad no determina ni la capacidad ni la actitud”, sentencia.

Las mujeres, doblemente penalizadas

La discriminación por edad se agrava cuando se trata de mujeres. El 56,54 % de los parados mayores de 50 años son mujeres, lo que representa 447.100 personas. Esta brecha se ensancha aún más en el caso del paro de larga duración: el 59,18 % de los mayores de 50 que llevan más de dos años buscando empleo son mujeres.

“Si ya es difícil, para ellas lo es aún más”, admite Fajardo. “Existe una mayor discriminación hacia la mujer mayor, y los datos lo confirman”. Ante esta realidad, reclama una intervención coordinada entre administración, empresas y sociedad para cerrar la brecha y romper con los prejuicios del edadismo.

El reto está claro: apostar por la experiencia

El desempleo sénior no es solo una cifra, es una llamada de atención a una sociedad que envejece pero que no adapta sus estructuras laborales.

Apostar por la experiencia, fomentar la formación continua y combatir los estigmas asociados a la edad, como los que causa el famoso edadismo, ya no es una opción: es una necesidad. Porque el talento no tiene fecha de caducidad.

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