La realidad de las enfermedades que no tienen una vacuna propia y cómo actúan en nuestro organismo

Si nos fijamos en los avances tecnológicos y científicos de la historia, la vacuna es, sin duda, uno de los más destacados. Su aparición ha conseguido mejorar la calidad y esperanza de vida en las personas, aunque en muchas enfermedades, aún no existe una cura definitiva, ni siquiera una simple vacuna.

Hay pocas vacunas para las muchas enfermedades que tenemos

La vacuna es uno de los descubrimientos científicos más importantes y que más han influido en nuestra calidad y esperanza de vida. Sin embargo, existen muchas enfermedades que no cuentan con un tratamiento ni una vacuna decente, lo que hace que empeore la salud de los pacientes.

Según informa la científica en el Centro de Investigaciones Biológicas, Margarita Salas, durante una entrevista con Infosalus, hay pocas vacunas para las muchas enfermedades que tenemos y que podríamos prevenir con ellas.

La experta insiste en que la vacuna es un “método de prevención” que prepara nuestro sistema inmunitario, encargado de defendernos de todo ataque procedente del exterior, tal y como son los microorganismos que nos pueden provocar alguna enfermedad. Por tanto, la vacuna es una forma “de engañar” a nuestro sistema inmunitario haciéndole creer que no está infectando algo que nos puede provocar una enfermedad.

La importancia de vacunarnos

Desde siempre hemos sido conscientes de que vacunarse ante una enfermedad es una forma de darle una segunda oportunidad a nuestras vidas. De hecho, Jiménez Sarmiento señala que es conveniente la vacunación, ya que no sabemos cómo puede afectarnos una vacuna a nuestro cuerpo con el paso del tiempo.

Muchas enfermedades como la gripe o la viruela se han conseguido disminuir gracias a las vacunas, lo que también garantiza un futuro a las generaciones de los países más vulnerables, ya que, a pesar de la inexistencia de recursos, cada vez se disminuye más su presencia.

El verdadero motivo por el cual una enfermedad no tiene vacuna

A la pregunta de si toda enfermedad cuenta con una vacuna, la científica Salas señala que hay muchas enfermedades para las que todavía no existe vacuna por diversos efectos. Uno de los motivos principales es el desconocimiento del causante de esa enfermedad, o simplemente por la dificultad de no poder diseñar vacunas contra un agente en concreto. Por otro lado, conocer dónde nos afecta exactamente el virus, también puede influir.

Jiménez lo aclara con un ejemplo: “Por ejemplo, el virus del sida cambia muchísimo su forma exterior y diseñar una vacuna necesita unas estructuras fijas que no cambian, para que así nuestro cuerpo sea capaz de reconocer esa estructura si realmente nos infecta. Entonces, si el virus o bacteria cambia mucho, es más difícil conseguir una vacuna que sea eficaz”.

A pesar de las trabas que surgen dentro del mundo científico y de las vacunas, la esperanza de vida “afortunadamente” es muy alta debido a los avances de la biomedicina y de la biotecnología, lo que abre nuevas esperanzas para desarrollar fórmulas contra más enfermedades contra las que ahora no tenemos vacuna.