Los experimentos se realizaron a 74 personas mayores estableciendo una relación entre la composición de la saliva y un peor rendimiento cognitivo, además de con un deterioro metabólico y estructural de determinadas regiones cerebrales.
Los tres estudios que estarán liderados por expertos médicos independientes con el objetivo de definir unas guías médicas para pacientes en recuperación, relacionadas con el cuidado nutricional.