El caso Escámez fue uno de los mayores fraudes en la historia de la Lotería de Navidad. En 1951, el lotero sevillano Miguel Escámez vendió participaciones de los números 2703 y 2704 sin respaldo suficiente.
Aunque retirar efectivo en el cajero automático suele ser seguro, existen riesgos de fraude físico, como la instalación de minicámaras o clonación de tarjetas.
El Consejo General de Enfermería advierte sobre el peligroso consumo del MMS, conocido como “enema milagroso”. Este producto, vendido en internet como cura para enfermedades graves, es en realidad un blanqueante industrial similar a la lejía.