La increíble estafa del caso Escámez que sacudió la Lotería de Navidad

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12/12/2025 - 14:00
Caso Escámez, la estafa de la Lotería de Navidad

Lectura fácil

El 22 de diciembre no solo despierta la ilusión de millones de españoles con el sorteo de la Lotería de Navidad, sino que también ha sido escenario de algunos de los fraudes más sonados de la historia. Entre ellos, el caso Escámez destaca como la estafa más audaz y recordada, un engaño que cambió para siempre la forma de vender participaciones y que aún sirve de advertencia sobre los riesgos de la codicia y la falta de control.

En este artículo vamos a explicarte todo lo que se esconde tras el caso Escámez.

La gran trampa de la Lotería de Navidad: el caso Escámez

Cada 22 de diciembre, millones de españoles esperan con ilusión el sorteo de la Lotería de Navidad, soñando con hacerse con El Gordo y sus 400.000 euros por décimo. Sin embargo, detrás de la emoción y la alegría, también han existido engaños que marcaron la historia del sorteo y dejaron una huella imborrable en la memoria colectiva, como el caso Escámez.

Como hemos mencionado, uno de los engaños más recordados es el caso Escámez, ocurrido en Sevilla en 1951. Miguel Escámez, lotero de las administraciones La Europa y Doña Francisquita, elaboró un plan para vender participaciones de la Lotería de Navidad sin respaldo suficiente. Es decir, imprimió y distribuyó boletos de los números 2703 y 2704 en cantidades muy superiores a las que realmente poseía.

Nunca imaginó que uno de esos números sería premiado, pero el destino tenía otros planes. El 22 de diciembre, el número 2704 resultó ser El Gordo de Navidad, y de golpe cada participación falsa adquirió un valor de 7.500 pesetas. Se calcula que Escámez había vendido más de 60.000 papeletas, generando un fraude monumental que aún se recuerda como uno de los mayores en la historia de la Lotería de Navidad.

Consecuencias y detención

El contexto económico de los años 50 en España agravó el impacto de este engaño, ya que para muchas personas aquel premio representaba una fortuna inesperada. Escámez trató de cubrir los pagos utilizando el dinero recaudado con las participaciones falsas, pero pronto se vio superado por la magnitud de su propio fraude. Finalmente, fue arrestado y años después, en 1956, condenado a 22 años de prisión. Sus colaboradores recibieron penas menores, entre ocho años y cuatro meses, dependiendo de su implicación.

El caso Escámez tuvo también efectos legales importantes. Tras este incidente se prohibió la venta de décimos y participaciones el mismo día del sorteo para evitar que se reprodujeran fraudes similares.

Lecciones del pasado

Pero la historia de engaños navideños no terminó allí. Pocos años después, en 1957, Román Vázquez intentó replicar la estrategia vendiendo más participaciones de las que realmente tenía, y tras resultar agraciado con El Gordo, fue condenado a nueve años de cárcel.

Algunas décadas más tarde, en 1986, un incidente parecido ocurrió en Palencia con Jacinto Sánchez, quien vendió participaciones de un número premiado sin contar con todos los boletos correspondientes.

El caso Escámez sigue siendo un referente histórico cuando se habla de fraudes en la Lotería de Navidad. Su audacia y el alcance de su engaño lo convierten en un ejemplo de cómo la codicia puede generar consecuencias legales y sociales graves. La historia recuerda también que los controles posteriores al fraude fueron fundamentales para evitar repetidas estafas, y que la precaución sigue siendo clave para quienes participan en el sorteo.

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