El MITECO lanza una estrategia para combatir la desertificación en España

El primer Plan de Implementación de la Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación, que se llevará a cabo en el período 2025-2027, tiene como propósito reforzar tanto la colaboración entre el sector privado y el sector público como el seguimiento y evaluación de las medidas que se pongan en marcha para frenar el deterioro de los suelos en España.

Así lo afirmó María Jesús Rodríguez de Sancho, directora general de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). Según sus palabras, involucrar al sector privado resulta esencial, ya que las empresas están muy ligadas tanto a las consecuencias de la degradación del suelo como a los beneficios que reciben de los recursos que proporciona la naturaleza. “Necesitamos que el sector privado sea más consciente de sus impactos, pero también de las soluciones que puede implementar junto a las comunidades y las asociaciones medioambientales”, subrayó.

Un plan contra la desertificación heredero de estrategias anteriores

Rodríguez de Sancho también recordó que el primer plan destinado a implementar medidas frente a la desertificación se remonta a 2008, el cual fue revisado y posteriormente sustituido en 2022 por la Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación. Según el Ejecutivo, era necesario ir más lejos, estableciendo planes específicos de aplicación, de carácter trienal, que fijen los objetivos específicos y las medidas a llevar a la práctica.

Así, el nuevo esquema consta de dos fases: el primer plan, que comprende el período 2025-2027, el cual ya ha sido aprobado y será publicado en el Boletín Oficial del Estado, y el segundo, que se implementará de 2028 a 2030.

La importancia de coordinar políticas y actuaciones

“Las causas de este problema están muy ligadas tanto al manejo del territorio como a distintas políticas públicas”, enfatizó Rodríguez de Sancho, “de ahí que sea necesario llevar a cabo una planificación conjunta que tenga en cuenta todos esos sectores y contribuya así a un resultado más efectivo y sostenible.”

Este primer plan se estructura en 37 de los 45 espacios de actuación recogidos en la Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación. Entre ellos están el fortalecimiento de la gobernanza y la coordinación institucional, el seguimiento y evaluación de las medidas, la ejecución de nuevos proyectos, el fomento de la investigación y el análisis de resultados, así como el intercambio de buenas prácticas de gestión de los espacios más vulnerables, junto con el refuerzo de la comunicación y la sensibilización colectiva.

Elsa Enríquez Alcalde, subdirectora general de Política Forestal y Lucha contra la Desertificación, enfatizó que el conocimiento científico tiene que ser el pilar en el que se fundamenten las medidas públicas. Según afirmó, tanto las comunidades científicas como las asociaciones sin ánimo de lucro y el sector privado están llamadas a participar en el diseño, ejecución y evaluación de las actuaciones.

Integrar y coordinar acciones de restauración

Enriquez también subrayó que el primer plan incorpora nuevos mecanismos para dar seguimiento y implementar medidas de restauración de espacios deteriorados, así como para llevar un control más preciso de la erosión del suelo y prevenir nuevos daños. Entre ellos se incluyen tanto el mantenimiento de un Sistema Integrado de Información relacionado con la Desertificación como el diseño de una guía metodológica que permitirá priorizar las zonas más afectadas y llevar a la práctica nuevos trabajos de conservación y recuperación de los terrenos degradados.

Este esquema permitirá que las regiones más vulnerables sean objeto de una intervención más contundente y coordinada, aumentando así las probabilidades de revertir el deterioro de los suelos y salvaguardar el futuro de los espacios naturales en España.