Baleares, sin preparación ante sequías e inundaciones, según el GOB Mallorca

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03/06/2025 - 07:44
Embalse es Gorg Blau en la Serra de Tramuntana, Mallorca

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La organización ecologista GOB Mallorca ha lanzado una seria advertencia sobre la falta de preparación del archipiélago balear frente a posibles crisis hídricas y desastres naturales como sequías e inundaciones. En declaraciones a Europa Press, Aina Llauger, vocal de la junta directiva del GOB, afirmó que las Islas Baleares “no están en absoluto preparadas” para hacer frente a estos desafíos, pese a que su gravedad y frecuencia van en aumento.

La preocupación radica en que las políticas urbanísticas y de crecimiento poblacional siguen avanzando sin tener en cuenta la limitación natural de los recursos hídricos. Llauger señala que el incremento previsto tanto en la población residente como en la actividad turística no considera la escasez estructural de agua como un factor condicionante, lo que pone en riesgo la sostenibilidad del territorio.

Urbanismo sin garantía de suministro en Baleares

Uno de los principales puntos de crítica del GOB es el reciente decreto ley convalidado en el Parlament balear que facilita el desbloqueo de suelo para construir en Palma. Desde la organización consideran que esta medida promueve el crecimiento urbanístico sin asegurar previamente el abastecimiento de agua necesario para los nuevos desarrollos.

“En Palma ya existe una clara falta de agua. Promover más construcción sin tener en cuenta este límite es actuar justo en contra de una planificación responsable y resiliente”, lamentó Llauger. Esta visión, según la ecologista, no solo es cortoplacista, sino que agrava la vulnerabilidad del archipiélago frente al cambio climático.

Lluvias insuficientes y mala gestión de recursos

El cambio en los patrones de precipitación es otro factor crítico. Llauger explicó que la lluvia anual en Baleares está disminuyendo y que gran parte del agua que cae proviene de episodios torrenciales, los cuales no permiten su aprovechamiento adecuado. En este contexto, el GOB insiste en la necesidad de mejorar urgentemente la gestión del agua disponible.

Uno de los problemas señalados es la pérdida de agua potable por fugas en la red de distribución. En algunos municipios, se estima que entre el 20 % y el 30 % del agua se pierde por cañerías en mal estado. La solución, según el GOB, pasa por una inversión decidida en infraestructuras y tecnologías para evitar esas fugas, así como por una regulación más estricta del uso del agua.

“Hay que dejar de llenar piscinas sin control o regar jardines que no están adaptados al clima mediterráneo. Es hora de usar el agua de forma inteligente”, aseveró Llauger.

Otra crítica importante va dirigida a los planes de sequía actuales en las Baleares, que solo se activan cuando la situación ya es crítica. Para el GOB, esta lógica reactiva es ineficaz. Proponen que estos planes deberían estar operativos de forma permanente, integrados en la gestión ordinaria de los recursos hídricos.

Además, subrayan que cualquier normativa que implique un consumo de agua, ya sea urbanística, agrícola o turística, debe considerar siempre el carácter limitado del recurso en las Baleares.

Construcción en zonas de riesgo: una práctica peligrosa

En cuanto a las inundaciones, el GOB advierte que Baleares también se encuentra en una situación de vulnerabilidad. Todavía existen viviendas en zonas inundables y la legislación no prohíbe completamente nuevas construcciones en áreas de riesgo.

Aina Llauger denuncia que, aunque se elaboren planes de gestión del riesgo de inundaciones, estos no sirven de mucho si la población sigue viviendo en lugares donde el peligro es estructural. También critican la falta de proyectos efectivos, como la instalación de pavimentos drenantes o la conservación de vegetación y bosques que ayudan a mitigar los efectos de lluvias intensas.

Respaldo a las propuestas europeas sobre resiliencia hídrica

Frente a esta situación, el GOB Mallorca ha expresado su apoyo a las recientes recomendaciones del Parlamento Europeo sobre la Estrategia de Resiliencia del Agua, aprobadas la semana pasada. Estas propuestas plantean una mejora en la prevención de la contaminación, una gestión más eficiente de los recursos y una mayor preparación frente a sequías e inundaciones.

Llauger considera que estas medidas son “acertadas” y espera que se traduzcan en políticas concretas. Entre los puntos destacados, los eurodiputados proponen fijar objetivos sectoriales de eficiencia hídrica, reducir contaminantes como microplásticos y pesticidas, y eliminar progresivamente los PFAS, conocidos como “productos químicos eternos”.

También proponen incluir la adaptación climática en los planes relacionados con el uso del agua y el suelo, y establecer fondos específicos para mejorar la infraestructura hídrica, aplicar soluciones basadas en la naturaleza e incorporar tecnologías innovadoras, como el riego inteligente y la detección de fugas en tiempo real.

Un cambio de rumbo es urgente

El mensaje del GOB Mallorca es claro: Baleares necesita un giro urgente en su política de gestión del agua y urbanismo. Ignorar los límites naturales del territorio y seguir apostando por modelos de crecimiento descontrolado solo aumentará la fragilidad del archipiélago ante fenómenos climáticos extremos. La planificación debe guiarse por la resiliencia y la sostenibilidad, no por intereses cortoplacistas.

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