Estrategias para evitar y superar el flato durante una carrera

El flato, un intruso incómodo que aparece durante la carrera, obligándote a detenerte con dolor abdominal. ¿Incómodo, verdad? Descubre cómo prevenirlo y superarlo.

El flato, un dolor repentino que nos juega una mala pasada en el deporte

El flato, ese dolor repentino que se manifiesta en la parte inferior derecha del abdomen, justo bajo las costillas, es más que una molestia temporal. Cuando decides enfrentar una carrera, dedicando tiempo y esfuerzo a la preparación, la presencia de este visitante no deseado puede resultar frustrante.

Los expertos médicos no han llegado a un consenso completo sobre las causas del flato, pero hay algunas teorías predominantes. Una de ellas señala al diafragma, el músculo ubicado debajo de los pulmones que facilita la respiración. Cuando se le exige un mayor rendimiento durante la carrera, puede desencadenar el flato.

Otra explicación comúnmente aceptada se centra en la irritación del peritoneo parietal, la membrana que envuelve el abdomen y las cavidades pélvicas. Esta membrana, sensible al nervio frénico vinculado a la respiración, puede experimentar presión durante la carrera debido a la fatiga de los músculos del core y la espalda. 

En consecuencia, surge el dolor abdominal conocido como flato. Aunque no hay consenso absoluto, comprender estas posibles causas puede ayudar a minimizar la incomodidad y a seguir adelante con tus metas de running.

¿Cuáles son las principales causas de este hecho deportivo?

Existen varias razones por las cuales este temido dolor puede hacer acto de presencia durante tu carrera. Aquí hay algunas causas que debes tener en cuenta:

• Calentamiento insuficiente: Iniciar una carrera sin un calentamiento adecuado puede ser un boleto directo al dolor. Asegúrate de darle a tu cuerpo el tiempo necesario para aumentar la temperatura y adaptarse al ritmo que estás a punto de emprender.
• Desatender la hidratación: La falta de agua en las horas previas a la carrera puede contribuir a este hecho. Mantente hidratado durante el día antes del evento, pero evita beber en exceso una hora antes de la salida.
• Elecciones alimenticias imprudentes: No te entregues a un festín hasta dos horas antes de la carrera. Evita activar el sistema gastrointestinal, ya que esto podría limitar la cantidad de oxígeno que llega al diafragma, un precursor común.
• Respiración inadecuada: Una respiración superficial priva a tus músculos del oxígeno necesario. Practica la respiración profunda, involucrando el abdomen para activar el diafragma. Esto permitirá que tus pulmones se expandan y absorben más oxígeno.
• Forzar el ritmo desde el principio: Salir a toda velocidad puede parecer emocionante, pero tu cuerpo necesita tiempo para adaptarse al ritmo. Sé consciente de tu velocidad y permite que tu cuerpo se ajuste gradualmente para reducir las posibilidades de enfrentarte a él durante la carrera.

¿Cómo podemos solucionar este problema?

Si te encuentras en plena carrera y este dolor decide hacer acto de presencia, la primera regla es reducir el ritmo, e incluso considerar detenerte. Caminar puede ser una táctica sabia para permitir que se disipe gradualmente. 

Mientras caminas, respira profundamente y presiona suavemente el costado afectado. Incorporar estiramientos simples, como pasar los brazos por detrás o encima de la cabeza y doblarte hacia adelante, también puede ser útil.

Estos consejos prácticos no solo te ayudarán a minimizar el riesgo de sufrir flato, sino que, en caso de que se presente durante una carrera, estarás mejor preparado para manejar la situación y continuar hacia tu meta.