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La Gran Barrera de Coral, el mayor arrecife de coral del mundo y Patrimonio de la Humanidad, enfrenta su peor crisis desde que se tiene registro. Un reciente informe revela un blanqueamiento masivo y una pérdida histórica de coral debido al aumento de la temperatura del mar, ciclones, inundaciones y la amenaza creciente de especies que dañan el ecosistema. Científicos alertan sobre un posible punto de no retorno si no se toman medidas urgentes para proteger este valioso patrimonio natural.
La Gran Barrera de Coral atraviesa una crisis histórica
La Gran Barrera de Coral, situada frente a la costa noreste de Australia, es uno de los ecosistemas más impresionantes y diversos del planeta. Con una extensión de unos 2.300 kilómetros, alberga miles de especies marinas y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin embargo, en los últimos meses, los científicos han confirmado que este tesoro natural sufre la mayor pérdida de coral registrada desde que comenzaron los estudios en 1986.
Entre agosto de 2024 y mayo de 2025, investigadores del Instituto Australiano de Ciencias Marinas evaluaron 124 arrecifes y detectaron un blanqueamiento generalizado. Tres cuartas partes de la Gran Barrera de Coral muestran signos de daño, con áreas donde el coral ha disminuido hasta un 70 %. Las zonas norte y sur son las más afectadas, con descensos anuales del 24,8 % y 30,6 %, respectivamente, mientras que la zona central también presenta un retroceso importante.
Las causas del deterioro
El principal factor detrás de este fenómeno es el aumento de la temperatura del mar, consecuencia directa del cambio climático. Durante el verano austral de 2025, el agua estuvo entre 1 y 2,5 grados más caliente de lo normal, lo que provocó un estrés térmico extremo para los corales. A esto se suman los efectos de ciclones, inundaciones y la proliferación de la estrella de mar corona de espinas, una especie que se alimenta de coral y acelera su destrucción.
Los expertos advierten que la Gran Barrera de Coral podría acercarse a un punto de no retorno. Esto significa que el ecosistema no tendría tiempo suficiente para recuperarse entre un episodio de blanqueamiento y otro. Antes de la década de 1990, este tipo de eventos eran muy raros, pero ahora se producen con mucha más frecuencia, lo que reduce drásticamente las posibilidades de regeneración natural.
La pérdida de coral no solo afecta al paisaje submarino, sino también a miles de especies que dependen de él. La Gran Barrera de Coral es el hogar de más de 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y unas 4.000 variedades de moluscos. Si el ecosistema sigue degradándose, la pérdida de biodiversidad será inevitable y muchas especies podrían enfrentarse a la extinción.
Medidas urgentes para la recuperación
El informe de los investigadores recomienda acciones inmediatas para frenar el deterioro. Así, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, controlar la pesca excesiva y fortalecer la protección marina son pasos esenciales. También se necesita más inversión en investigación para desarrollar métodos de adaptación y recuperación de los arrecifes.
La Gran Barrera de Coral no es solo un patrimonio australiano, sino un símbolo de la salud de los océanos del mundo. Por eso, protegerla requiere esfuerzos locales y globales. Su futuro depende de decisiones urgentes que frenen el cambio climático y garanticen que las generaciones futuras puedan seguir admirando este prodigio natural.
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