Un estudio arqueológico sugiere que hombres y mujeres fabricaban herramientas de hueso con técnicas distintas

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09/09/2025 - 12:00
Tecnología prehistórica

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Un estudio arqueológico revela que la elección de técnicas para fabricar herramientas de hueso en la prehistoria no solo respondía a necesidades prácticas, sino también a la organización social, el género y el estilo de vida de las comunidades.

Técnicas y género en la fabricación prehistórica

En el estudio de la prehistoria, las herramientas de hueso han ocupado un lugar destacado junto con los instrumentos de piedra y madera. Su análisis ha permitido comprender no solo los avances tecnológicos de las comunidades antiguas, sino también aspectos sociales más complejos. Un reciente trabajo de investigación plantea que las técnicas empleadas para elaborarlas podrían reflejar diferencias de género y estilos de vida.

Dos arqueólogas han examinado detenidamente marcas de abrasión y raspado en distintos contextos arqueológicos de Europa, el Magreb, el Próximo Oriente y el Ártico americano. Su hipótesis es que la preferencia por una u otra técnica no se explica únicamente por la función del objeto, sino también por la organización social y la división sexual del trabajo.

Dos técnicas universales sobre las herramientas de hueso

Tanto la abrasión como el raspado son métodos universales para trabajar huesos, astas y dientes. La abrasión deja estrías cortas y paralelas, mientras que el raspado produce surcos más largos y profundos. Aunque ambas técnicas pueden encontrarse en un mismo yacimiento, los patrones de uso varían: el raspado aparece con mayor frecuencia en sociedades nómadas, mientras que la abrasión se asocia a comunidades sedentarias.

En el Ártico, por ejemplo, las poblaciones pre-Inuit e Inuit recurrieron principalmente al raspado para fabricar arpones, mangos o juguetes. Este método era compatible con un estilo de vida móvil, ya que podía realizarse con herramientas de hueso portátiles y sin necesidad de superficies fijas. La división de tareas no generaba jerarquías rígidas: hombres y mujeres podían intercambiar funciones y ambos dominaban un repertorio técnico común.

La abrasión y el sedentarismo

En cambio, en el Próximo Oriente y más tarde en Europa y el Magreb, a partir del Neolítico se impuso la abrasión en la elaboración de herramientas de hueso. Esta técnica requería superficies estables y, a menudo, acceso a agua, por lo que se realizaba dentro o cerca del hogar.

La coincidencia temporal con la transición hacia la agricultura sugiere que la abrasión se integró en un conjunto de actividades domésticas, en muchos casos vinculadas a mujeres.

Los hallazgos de punzones, anzuelos, cucharas y cuentas en espacios domésticos respaldan esta idea. Además, la similitud entre los movimientos de abrasión y los de la molienda de cereales refuerza la hipótesis de una transferencia de destrezas entre ambas tareas.

Un indicador de movilidad y roles sociales

Según el estudio, la elección técnica puede servir como indicador indirecto del grado de movilidad de una sociedad. El raspado se adapta mejor a grupos que trabajan en entornos cambiantes, mientras que la abrasión encaja con un contexto estable y organizado. Así, las herramientas de hueso no solo evidencian destreza artesanal, sino también la forma en que hombres y mujeres participaron en la producción material de sus comunidades.

Este enfoque propone que las decisiones técnicas no fueron neutrales, sino que reflejaron relaciones de género y modos de vida.

Las herramientas de hueso, observadas desde esta perspectiva, se convierten en testigos de cómo las comunidades prehistóricas combinaron conocimiento, trabajo y estructura social en su día a día.

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