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Aunque muchas personas desconocen este derecho, las personas con autismo también pueden acceder a la tarjeta de estacionamiento para personas con movilidad reducida (PMR). Álex, un joven diagnosticado con TEA, explica cómo esta herramienta le permite desplazarse con mayor autonomía y evitar situaciones de estrés y sobrecarga sensorial en su día a día.
La tarjeta PMR también es accesible para personas con autismo
Álex, un joven diagnosticado con TEA (Trastorno del Espectro Autista), ha compartido en sus redes sociales que las personas con autismo también pueden solicitar la tarjeta de estacionamiento para personas con movilidad reducida (PMR). Muchos desconocen que esta ayuda no se limita únicamente a quienes tienen una discapacidad física visible.
La tarjeta PMR permite a sus titulares estacionar en plazas reservadas para personas con movilidad reducida. Estas plazas, identificadas con la tarjeta azul, facilitan el acceso a edificios, centros de salud o comercios. Sin embargo, existe un desconocimiento generalizado sobre quiénes pueden acceder a este recurso y bajo qué condiciones.
Experiencia personal de Álex
Álex posee la tarjeta PMR y comparte su experiencia para visibilizar que las personas con autismo también tienen derecho a ella. En sus publicaciones, explica que la tarjeta es fundamental para evitar situaciones de estrés o sobrecarga sensorial. Debido a sus necesidades, Álex cuenta además con un perro de asistencia llamado Maylo, quien le acompaña en su día a día y ayuda a regular sus emociones.
Según Álex, “no todos entienden que la movilidad reducida no se limita a quienes usan silla de ruedas. Muchas condiciones, incluidas algunas derivadas del autismo, pueden dificultar la movilidad de forma significativa”.
Requisitos para obtener la tarjeta
Para acceder a la tarjeta de estacionamiento PMR, es necesario contar con un grado de discapacidad reconocido de al menos un 33 %. Los profesionales que valoran la discapacidad determinan si la persona tiene movilidad reducida, considerando factores que van más allá de la movilidad física.
En este sentido, las personas con autismo pueden calificar cuando su condición genera dificultades importantes para desplazarse o para gestionar situaciones cotidianas que requieren estacionamiento cercano.
Álex destaca que esta evaluación permite reconocer la diversidad de necesidades dentro del espectro autista. “Cada caso es distinto y no todas las personas con autismo requieren esta tarjeta”, explica.
Importancia de la tarjeta PMR para la vida diaria
Para Álex, la tarjeta PMR representa más que un espacio para estacionar: es una herramienta que le permite mantener su rutina y evitar crisis derivadas de la ansiedad o de la sobrecarga sensorial. Al no tener que buscar plazas lejanas, puede llegar a tiempo a compromisos importantes y desplazarse con seguridad.
Asimismo, enfatiza que cada persona en el espectro del autismo tiene necesidades distintas. Mientras algunos requieren asistencia adicional, otros pueden desenvolverse sin ella. Sin embargo, la posibilidad de acceder a la tarjeta azul garantiza una mayor autonomía y comodidad para quienes la necesitan.
Un recurso clave para la inclusión
Es fundamental que la sociedad conozca que este colectivo también pueden beneficiarse de la tarjeta PMR, dependiendo de sus necesidades específicas. La tarjeta no es un derecho automático, sino una herramienta disponible para quienes presentan dificultades significativas de movilidad o de adaptación en el entorno urbano.
Álex subraya que, aunque no todas las personas en el espectro requieren un perro de asistencia o la tarjeta azul, quienes sí la necesitan pueden solicitarla y obtenerla. Así, la tarjeta PMR se convierte en un recurso clave para garantizar inclusión y accesibilidad en la vida diaria de las personas con autismo, ayudando a reducir barreras y mejorar su bienestar.
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