80 años sin Hitler: los ocho días clave que marcaron el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa

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21/06/2025 - 19:00
Monumento al Holocausto en Berlín

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El pasado día 30 de abril de 2025 se cumplieron 80 años desde el suicidio de Adolf Hitler en su búnker de Berlín. Aquel acto, ocurrido en los momentos finales de la Segunda Guerra Mundial en Europa, marcó el inicio del colapso definitivo del régimen nazi. Hitler, rodeado por la destrucción y el avance imparable del Ejército Rojo, decidió poner fin a su vida junto a su esposa Eva Braun, apenas dos días después de su boda.

Su muerte no fue anunciada de inmediato, pero desencadenó una serie de eventos clave que, en solo ocho días, sellaron la derrota total del Tercer Reich.

Fue el principio del fin de una guerra que dejó más de 60 millones de muertos y cambió el rumbo de la historia mundial.

El 80º aniversario del suicidio de Hitler

El destino de Hitler se decidió el 11 de febrero de 1945 en la conferencia de Yalta. Stalin, Roosevelt y Churchill acordaron cómo sería ese final y el reparto posterior.

El mismo 13 de febrero la ciudad alemana de Dresde (con muchas industrias de los nazis) fue bombardeada de manera total. Fue el bombardeo más intenso de una ciudad alemana: murieron unas 100.000 personas. El frente se deterioró al mismo ritmo que la salud mental de Hitler, que adelantó a los suyos que esa vez no iba a ser como en 1918: no habría armisticio. El Fuhrer sólo acepta la victoria o la aniquilación.

El 20 de abril de 1945, el dictador cumplió 56 años. Ese mismo día, los rusos ya estaban en los arrabales de Berlín. La batalla de Berlín se había iniciado el 16 de abril. A las dos de la mañana, 22.000 cañones soviéticos de largo alcance abrieron fuego a lo largo de todo el frente.

Pese a su maltrecha salud mental, Hitler era consciente de que todo estaba perdido. Decidió atar los pocos cabos que le restaban. Entre la noche y la madrugada del 28 al 29 de abril, se casó con Eva Brown y redactó su testamento. Ese día los soldados del Ejército Rojo caminaban por el centro de la capital alemana. A pesar de su superioridad numérica, la lucha fue casa por casa.

Ocho días que cambiaron Europa

Tras el suicidio del Fuhrer, el almirante Karl Dönitz fue designado como su sucesor. Desde Flensburgo, intentó negociar una rendición parcial con las fuerzas aliadas occidentales, mientras el ejército alemán seguía combatiendo en varios frentes. Pero los intentos de prolongar la guerra fueron inútiles ante el avance soviético y la presión internacional.

El 2 de mayo, Berlín cayó en manos del Ejército Rojo. La ciudad, devastada, fue el símbolo del derrumbe nazi. Los días siguientes fueron frenéticos: generales que se rendían, ciudades ocupadas, millones de refugiados desplazándose, campos de concentración liberados… Finalmente, el 7 de mayo, Alemania firmó su rendición incondicional en Reims, Francia, y el 8 de mayo se oficializó el fin de la guerra en Europa: el Día de la Victoria.

En la mañana del 29 de abril los soviéticos penetraron en Kreuzberg y en Mitte, los barrios más céntricos de Berlín. El 30 de abril, lanzaron un ataque contra el Reichstag, edificio en el que entraron por la noche. Para el 2 de mayo de 1945, tras notable resistencia, el Ejército Rojo ya controlaba el edificio por completo.

Legado y memoria 80 años después

Ocho décadas después, la muerte de Hitler sigue siendo un momento clave en la historia del siglo XX. Su final marcó no solo el derrumbe de uno de los regímenes más brutales del mundo moderno, sino también el inicio de un nuevo orden internacional, con el surgimiento de la ONU, el reparto de Europa entre bloques y el inicio de la Guerra Fría.

Este aniversario sirve para recordar la importancia de la memoria histórica, de educar sobre los horrores del totalitarismo y el genocidio, y de trabajar por un futuro donde no se repitan los errores del pasado.

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