Cuando nos pica una pulga, lo primero que aparece es un círculo rosado en la zona afectada. Seguidamente se produce la hinchazón y la sensación de picor y ardor.
Tos, fiebre, cansancio o la falta de aire son los síntomas más comunes aunque también se añadieron a la lista el dolor de garganta, la diarrea, los vómitos o la disminución o pérdida del gusto y del olfato.