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Solo un 9 % de empresas priorizará este año la innovación. Así lo reflejan los datos de la ‘Guía del Mercado Laboral 2025’ elaborada por Hays, líder global en soluciones de recursos humanos y selección, que ha encuestado a empresas y profesionales de 25 países.
Inflación, coste de la vida, tensiones geopolíticas… Son muchas las variables que hoy complican el día a día de las empresas. Según el estudio, el 42 % de los líderes empresariales considera que las condiciones del mercado global están dificultando la toma de decisiones clave.
Esto ha llevado a muchas compañías a adoptar una mentalidad más bien conservadora, enfocada en proteger el beneficio operativo (17 %) o aumentar su cuota de mercado (15 %), en lugar de innovar.
Ante el bajo índice de empresas que priorizará este año la innovación, la guía se pregunta: “¿Cómo pueden las organizaciones avanzar si no se arriesgan a crear?”. Para el CEO de Hays, Dirk Hahn, el verdadero reto no es solo encontrar recursos, sino transformar la cultura organizacional. “Innovar requiere compromiso y acción. Es necesario revisar cómo se invierte en comparación con otras empresas del sector, eliminar procesos innecesarios y cambiar la mentalidad corporativa. Innovar no es un lujo, es una necesidad estratégica”, afirmó.
La innovación pierde terreno en las agendas empresariales
A pesar del consenso general sobre la importancia de innovar para mantener la competitividad, solo un 9 % de las empresas tiene previsto dar prioridad a la innovación este año. Así lo indican los últimos informes sobre estrategia empresarial en Europa y América Latina.
Factores como la incertidumbre económica, el aumento de los costes operativos y la necesidad de centrarse en la rentabilidad inmediata están haciendo que muchas organizaciones posterguen inversiones clave en I+D, transformación digital y desarrollo de nuevos productos.
El coste de no innovar
La falta de innovación puede parecer una decisión táctica razonable a corto plazo, especialmente en un contexto de inflación y desaceleración económica. Sin embargo, los expertos advierten que renunciar a invertir en nuevas ideas y tecnologías puede tener un coste elevado a largo plazo.
Las empresas que no innovan tienden a perder cuota de mercado, atraer menos talento joven y quedarse atrás frente a competidores más ágiles. Además, la innovación no solo se refiere a tecnología: también abarca procesos, modelos de negocio y formas de relacionarse con los clientes.
Qué están haciendo las empresas que sí apuestan por innovar
El pequeño porcentaje de empresas que ha situado la innovación como prioridad está aprovechando ese diferencial para destacar. Estas organizaciones están invirtiendo en inteligencia artificial, automatización, economía circular y nuevos modelos de trabajo. Muchas han desarrollado estructuras internas como laboratorios o alianzas con startups.
También priorizan la formación continua de sus equipos y fomentan culturas empresariales más abiertas al cambio y al aprendizaje constante.
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