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Muchos deportistas tienden a aplicar hielo en las zonas afectadas por un golpe o lesión, sea cual sea la afección que se sufra. Está extendido por la población general que el frío es el método ideal para reducir los dolores de cualquier extremidad tras realizar ejercicio físico intenso.
No obstante, expertos como el doctor Ghassan Elgeadi, jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirónsalud San José, y del Hospital Quirónsalud Valle del Henares insiste en que la crioterapia o la termoterapia (aplicación de frío o calor, respectivamente) dependen del tipo de lesión y del “tiempo que ha transcurrido desde que se ha producido esta”.
Deportes de raqueta o pala como el tenis, aunque lo hagamos correctamente, pueden provocar que aparezcan lesiones o un dolor que tenemos que tratar. Sobre el tratamiento “existen varias divergencias en cuanto a si aplicamos frío o, por el contrario, si es mejor optar por el calor”, advierte el doctor Ghassan Elgeadi.
Frío o calor: una decisión clave para tratar lesiones
Cuando sufrimos una lesión, ya sea deportiva o doméstica, es habitual preguntarnos qué es mejor aplicar: ¿frío o calor? Esta decisión, aparentemente simple, puede marcar una gran diferencia en la recuperación. Conocer los efectos de cada uno y en qué casos usarlos puede ayudarte a reducir el dolor, la inflamación y acelerar la curación.
Ambas terapias, la crioterapia (frío) y la termoterapia (calor), son tratamientos no invasivos utilizados frecuentemente en fisioterapia y medicina deportiva. Sin embargo, sus efectos son opuestos: el frío reduce la inflamación y el calor mejora la circulación y relaja la musculatura en cuanto a lesiones. Saber en qué momento aplicar cada uno es esencial para evitar agravar la lesión.
¿Cuándo usar frío en una lesión?
El frío es tu mejor aliado en las primeras 24 a 72 horas después de una lesión aguda. En estos casos, la inflamación, el enrojecimiento y el dolor son señales de que el cuerpo ha sufrido un daño reciente. Aplicar hielo o compresas frías ayuda a:
- Reducir la inflamación y el edema.
- Disminuir el dolor.
- Evitar un mayor daño en los tejidos.
Se recomienda usar frío en lesiones como esguinces, contusiones, torceduras, inflamaciones articulares recientes o después de una cirugía. El tiempo de aplicación debe ser de 15 a 20 minutos, varias veces al día, con pausas para no dañar la piel.
Evita aplicar frío directamente sobre la piel; utiliza una tela o toalla para evitar quemaduras por congelación.
¿Cuándo usar calor en lesiones?
El calor, por el contrario, está indicado en lesiones crónicas o pasadas la fase aguda. Su función es mejorar la circulación sanguínea, relajar los músculos y aliviar la rigidez. Se utiliza en:
- Contracturas musculares.
- Dolores cervicales o lumbares persistentes.
- Tensión muscular por estrés.
- Lesiones crónicas sin inflamación activa.
El calor puede aplicarse en forma de mantas térmicas, bolsas de agua caliente o baños calientes durante unos 15-20 minutos. Nunca debe usarse si hay inflamación visible o reciente, ya que podría empeorar la situación.
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