El 70 % de las emisiones de metano por combustibles fósiles pueden evitarse, según expertos

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11/06/2025 - 18:00
Fuegos de una cocina

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Alrededor del 70 % de las emisiones anuales de metano procedentes de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) podrían evitarse con las tecnologías actualmente existentes y una parte significativa de las medidas de reducción se amortizarían en un año, ya que el gas capturado puede revenderse.

Además, las emisiones de metano provenientes del sector fósil se mantienen en “niveles persistentemente elevados”, pese a que avanzan los esfuerzos para reforzar la recopilación de datos y el seguimiento de las fugas.

Así se recoge en el ‘Global methane tracker’ correspondiente a 2025, elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

La reducción del metano es una oportunidad crucial para reducir el calentamiento global a corto plazo en un momento en que las temperaturas mundiales han alcanzado máximos históricos durante dos años consecutivos.

“Abordar las fugas y la quema de este gas ofrece un doble beneficio: alivia la presión sobre los mercados de gas con escasez de recursos en muchas partes del mundo, mejora la seguridad energética y, al mismo tiempo, reduce las emisiones”, según Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE.

Birol añadió: “Sin embargo, los datos más recientes indican que la implementación de la gestión del gas sigue estando por debajo de las expectativas. La AIE trabaja para garantizar que los gobiernos y la industria cuenten con las herramientas y el conocimiento necesarios para cumplir sus compromisos y alcanzar los objetivos establecidos”.

El 70 % de las emisiones de metano por quema de combustibles fósiles puede evitarse

El metano es uno de los gases de efecto invernadero más potentes, con un impacto significativamente mayor que el dióxido de carbono en el calentamiento global, aunque su vida en la atmósfera sea más corta. Una de las principales fuentes de emisiones proviene de la quema de combustibles fósiles, como el gas natural, el petróleo y el carbón. Según diversos estudios, se ha estimado que aproximadamente el 70 % de estas emisiones podría evitarse mediante una mejor gestión y la implementación de tecnologías innovadoras en la industria energética.

La quema de combustibles fósiles libera grandes cantidades de metano y otros gases tóxicos en la atmósfera. Sin embargo, muchas de estas emisiones podrían ser reducidas si se adoptan prácticas más sostenibles. Por ejemplo, la modernización de las infraestructuras de gas, la implementación de sistemas más eficientes de captura y almacenamiento de este gas, y el monitoreo constante de las fugas en las redes de gas y petróleo, son soluciones que ya están en desarrollo en varios países. Además, la adopción de tecnologías que mejoren la eficiencia energética, la utilización de fuentes de energía renovable y la optimización de procesos industriales también pueden ayudar a reducir la huella de dicho gas.

La transición energética como solución clave

Una de las claves para la reducción de las emisiones de metano es acelerar la transición hacia fuentes de energía renovables. La energía solar, eólica, hidroeléctrica y otras fuentes limpias tienen el potencial de reemplazar gradualmente el uso de combustibles fósiles, reduciendo así la necesidad de quemarlos y, por ende, disminuyendo las emisiones. 

Esta transición no solo beneficiaría al medio ambiente al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también impulsaría el desarrollo económico mediante la creación de empleos en industrias limpias y tecnologías emergentes.

El papel de la tecnología en la reducción de emisiones

Las nuevas tecnologías desempeñan un papel fundamental en la reducción de las emisiones de metano. Tecnologías como los sensores avanzados, que permiten detectar fugas en tiempo real, y los sistemas de captura y almacenamiento de carbono son esenciales para mitigar las emisiones. 

Los avances en inteligencia artificial (IA) y big data también pueden ayudar a prever y gestionar las emisiones de manera más eficiente, asegurando que las emisiones se mantengan por debajo de los límites aceptables.

De este modo, el mundo puede dar pasos importantes hacia un futuro más sostenible y menos dependiente de los combustibles fósiles, protegiendo tanto el planeta como las generaciones futuras.

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