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Las olas de calor afectan cada vez más a nuestras ciudades, y muchas viviendas no están preparadas para soportarlas. Con un parque inmobiliario antiguo y poco eficiente, millones de personas viven en hogares que se convierten en auténticos hornos durante el verano. Frente a esta realidad, la rehabilitación energética se presenta como una solución urgente para mejorar el confort, la salud y la sostenibilidad de nuestros edificios.
Un 60 % de los edificios sufren las consecuencias de las olas de calor
Las olas de calor se han vuelto más frecuentes e intensas en España. Temperaturas que superan los 42 grados y afectan a varias comunidades autónomas están poniendo a prueba la capacidad de nuestras viviendas para ofrecer confort y seguridad. En este contexto, muchas casas se transforman en lugares insalubres y poco habitables, sobre todo para personas mayores, niños pequeños o personas con problemas de salud.
Una de las causas principales de este problema está en la antigüedad de los edificios. Más del 80 % de las viviendas se construyeron antes de 1980, cuando no existían normativas sobre eficiencia energética. Estas edificaciones carecen de aislamiento térmico adecuado, tienen ventanas antiguas y sistemas de climatización poco eficientes.
Como resultado, no protegen del frío en invierno ni del calor en verano. Según un estudio de la Universidad del País Vasco y Knauf, el 60 % de los edificios en España sufre sobrecalentamiento durante las olas de calor
Rehabilitación energética: una solución necesaria
Mejorar la eficiencia energética de los edificios es una medida clave para hacer frente a las olas de calor. Por ello, intervenciones como el aislamiento de fachadas, cubiertas y ventanas —con soluciones como el SATE— pueden reducir hasta un 30 % la demanda de refrigeración en verano.
También se pueden incorporar elementos de protección solar pasiva, como toldos, vegetación o ventilación cruzada, que ayudan a mantener temperaturas interiores estables sin depender tanto del aire acondicionado.
A pesar de la urgencia, muchas personas no son conscientes del mal estado energético de sus viviendas. El III Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad revela que, aunque el 80 % de los edificios se encuentra en las peores categorías energéticas (E, F o G), un 41 % de los propietarios cree que su casa es eficiente.
Solo un 46 % considera proponer una rehabilitación energética en su comunidad de vecinos, y menos de la mitad conoce las ayudas disponibles, como las deducciones fiscales, los fondos europeos o las soluciones financieras para comunidades.
Beneficios clave de la rehabilitación energética
Mejorar energéticamente una vivienda tiene ventajas claras para afrontar las olas de calor:
- Menor temperatura interior en verano, lo que mejora el confort sin necesidad de tanto aire acondicionado.
- Ahorro económico, ya que un buen aislamiento reduce el consumo energético hasta un 50 %.
- Revalorización del inmueble, al contar con mejores calificaciones energéticas.
- Menor impacto ambiental, gracias a la reducción de emisiones de CO2 procedentes de la climatización.
- Más salud y bienestar, al evitar cambios bruscos de temperatura y reducir el riesgo de enfermedades.
Además de estas reformas, se recomienda adoptar hábitos diarios como ventilar por la noche, aprovechar la sombra natural y limitar el uso de aparatos eléctricos durante las horas más calurosas.
En general, en España, solo 16 capitales de provincia cuentan con redes de refugios urbanos frente a las olas de calor. Esto hace aún más urgente actuar sobre el parque de viviendas. La rehabilitación energética ya no es solo una mejora técnica: es una prioridad de salud, sostenibilidad y adaptación al cambio climático.
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