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Un reciente análisis de la organización Oil Change International (OCI) ha señalado a Estados Unidos, Canadá, Australia y Noruega como los principales responsables de obstaculizar el avance mundial hacia la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. Según el informe, estos países han aumentado su producción de petróleo y gas en casi un 40 % desde la adopción del Acuerdo de París en 2015, pese a los compromisos internacionales de reducción de emisiones.
El estudio, titulado “Destructores del planeta: los países del Norte Global avivan el fuego desde el Acuerdo de París”, se publica en vísperas de la COP30, que comenzará el 10 de noviembre en Belén, Brasil, y busca poner en evidencia la contradicción entre los discursos climáticos y las políticas energéticas de las principales potencias económicas.
EEUU, el gran impulsor del aumento global por los combustibles fósiles
El análisis de OCI revela que Estados Unidos, de manera individual, es responsable de más del 90 % del aumento neto mundial en la producción de petróleo y gas desde 2015. En cifras, el país incrementó su producción en casi 11 millones de barriles equivalentes de petróleo al día, una cantidad más de cinco veces superior a la de cualquier otro país.
Los otros tres países mencionados —Canadá, Australia y Noruega— también han incrementado su producción, aunque en menor medida. Sin embargo, los cuatro comparten una tendencia clara: planean seguir expandiendo su industria fósil durante la próxima década, en lugar de reducirla.
Mientras tanto, el resto del mundo redujo su extracción de petróleo y gas en un 2 % entre 2015 y 2024, lo que resalta la disparidad entre las políticas de las naciones del Norte Global y los esfuerzos del resto de países por cumplir con los objetivos climáticos.
Financiar la crisis, no la solución
El informe también pone el foco en el incumplimiento de los compromisos de financiación climática por parte de los países más ricos. Según OCI, estos gobiernos han aportado apenas 280.000 millones de dólares en ayudas climáticas basadas en subvenciones desde 2015. En contraste, las compañías de petróleo y gas con sede en esos mismos países obtuvieron beneficios superiores a 1,3 billones de dólares, es decir, cinco veces más que la financiación proporcionada.
Esta asimetría, señala la ONG, ha contribuido a ralentizar la acción climática global y a mantener los privilegios económicos de los grandes contaminadores. La falta de recursos adecuados para el Sur Global ha dificultado la transición hacia energías limpias y ha perpetuado las desigualdades entre naciones.
De mantenerse el actual ritmo de emisiones, el planeta agotará su presupuesto de carbono restante en apenas tres años, advierte el informe. Ese presupuesto representa la cantidad de CO2 que aún puede liberarse sin superar el límite de 1,5 °C de aumento de temperatura respecto a los niveles preindustriales, el umbral fijado por la comunidad científica para evitar los efectos más devastadores del cambio climático.
“La ciencia es contundente: detener la expansión de los combustibles fósiles es indispensable para mantener el objetivo de 1,5 °C”, subraya Oil Change International, que también recuerda que recientes decisiones de tribunales internacionales, incluida la Corte Internacional de Justicia, refuerzan los argumentos legales para abandonar progresivamente el petróleo, el gas y el carbón.
La COP28 de Dubái, celebrada en 2023, concluyó precisamente con un llamamiento a los países para transitar hacia el abandono de los combustibles fósiles de forma justa y equitativa. Sin embargo, los datos muestran que algunas potencias han hecho lo contrario.
El director de Política Global de OCI, Romain Ioualalen, denunció la falta de coherencia de los países desarrollados: “Hace una década, en París, los gobiernos prometieron limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Pero los países ricos, principales responsables de la crisis climática, han incumplido su palabra. En lugar de apagar el fuego, lo han avivado”.
Ioualalen calificó de “burla a la justicia climática” el hecho de que un reducido grupo de naciones del Norte Global haya incrementado su producción fósil mientras el resto del planeta enfrenta las consecuencias del cambio climático. Según él, estas potencias tienen una obligación moral y legal de liderar la eliminación de los combustibles fósiles y de proporcionar la financiación necesaria para que los países en desarrollo puedan llevar a cabo su transición energética.
Un futuro posible si hay voluntad política
Pese a la gravedad del diagnóstico, el informe mantiene una nota de esperanza. “No todo está perdido”, afirma Ioualalen, destacando que cada vez más gobiernos apoyan la idea de poner fin a la era fósil. Como ejemplo, menciona la primera conferencia mundial sobre la eliminación gradual de los combustibles fósiles, convocada por el Gobierno de Colombia para 2026.
De cara a la COP30, OCI insta a los gobiernos a acordar una hoja de ruta colectiva con fechas equitativas y diferenciadas para abandonar el petróleo, el gas y el carbón. También reclama medidas para superar las barreras financieras y estructurales que impiden a los países del Sur Global avanzar hacia las energías renovables.
El dinero existe: hasta 11 billones al año
Finalmente, el informe de Oil Change International sostiene que los recursos económicos necesarios para una transición justa sí existen. Según sus cálculos, los países ricos podrían movilizar 6,6 billones de dólares anuales mediante políticas redistributivas: impuestos a la riqueza extrema, cancelación de la deuda de los países pobres, gravámenes a las emisiones y reducción del gasto militar.
Y si se impulsaran reformas más profundas del sistema financiero internacional, esa cantidad podría llegar a 11 billones de dólares al año, cifra suficiente para financiar una eliminación global, rápida y equitativa de los combustibles fósiles.
La conclusión de OCI es clara: el obstáculo no es la falta de dinero, sino la falta de decisión política.
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