
Lectura fácil
La Unión Europea continúa avanzando hacia la eliminación de su histórica dependencia energética de Moscú. Este martes, la Comisión Europea presentó una propuesta legislativa para eliminar de manera progresiva las importaciones de gas ruso y petróleo rusos antes de que termine 2027. Esta medida busca disminuir la dependencia del bloque frente al régimen de Putin, fortaleciendo así la seguridad económica y del suministro, además de fomentar la independencia y competitividad energética de la UE, según indicaron desde Bruselas.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, señaló que Rusia ha utilizado sus recursos energéticos como una herramienta de presión y subrayó que esta iniciativa pretende poner fin a esa etapa. La propuesta se enmarca en la estrategia REPowerEU y plantea una reducción gradual y coordinada del gas ruso, promoviendo la solidaridad entre los países miembros y manteniendo el compromiso con una transición hacia una energía más limpia.
UE propone prohibir importaciones de gas ruso para reforzar su seguridad energética
Importar gas de Rusia representa un riesgo para la seguridad europea, por lo que la Unión Europea plantea ahora prohibir estas importaciones en todo el bloque. Según explicó el comisario de Energía, Dan Jorgensen, esta medida incrementará la autonomía energética europea y reducirá los fondos que Putin utiliza para financiar su guerra. La Comisión Europea colaborará estrechamente con todos los Estados miembros, especialmente con aquellos que puedan enfrentar mayores dificultades debido a esta decisión, asegurando que ningún país se quede sin suministro energético.
Aunque algunas empresas, como Naturgy, han cuestionado la factibilidad de esta prohibición, fuentes de la UE aseguran que funciona de manera similar a las sanciones ya implementadas contra Rusia. Se trata de una decisión “de fuerza mayor” con respaldo legal y competencia comunitaria, lo que implica que la importación de gas ruso será ilegal de forma inmediata, sin posibilidad de interpretaciones o excepciones por parte de los países miembros.
Europa puede reducir importaciones sin afectar la economía ni el suministro
El análisis que acompaña la propuesta de la Comisión Europea indica que es factible dejar de importar gas ruso sin causar un impacto grave en la economía ni poner en riesgo el suministro energético. Esto se debe a la sólida red europea de gas, una infraestructura de importación adecuada y la disponibilidad de alternativas en el mercado global. Además, el Ejecutivo comunitario subraya que la normativa incluye mecanismos de flexibilidad para adaptarse a las condiciones del mercado y ofrece un marco legal claro para las empresas.
La regulación plantea una eliminación gradual del gas ruso, tanto por gasoducto como en forma de gas natural licuado (GNL). A partir de enero de 2026, quedarán prohibidos los nuevos contratos de importación de gas ruso, mientras que en junio de ese mismo año se cancelarán los contratos a corto plazo, con excepciones para países sin acceso marítimo hasta finales de 2027. También se bloquearán contratos a largo plazo vinculados a terminales de GNL de origen ruso, facilitando la redirección de capacidades hacia otros proveedores.
La Comisión, junto a la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER), supervisará el proceso para minimizar riesgos en el suministro y controlar la evolución de los precios. Además, las empresas deberán informar a la Comisión sobre sus contratos con Rusia y el origen exacto del gas importado, fortaleciendo así la transparencia y el seguimiento de la eliminación progresiva.
La propuesta aún debe ser debatida y aprobada por el Consejo, donde se requiere una mayoría cualificada, y por el Parlamento Europeo. Desde Bruselas aseguran que continuarán trabajando en estrecha colaboración con los Estados miembros para avanzar en la diversificación de fuentes y el desarrollo de infraestructuras, especialmente en aquellos países más afectados.
Añadir nuevo comentario