Controlados: Ningún político se librará de Pegasus

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07/05/2022 - 19:00
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles.

Lectura fácil

Ya no hay dispositivo que pueda asegurar nuestra intimidad. Cuantos menos secretos tengamos, mejor.

Y es que esta semana ha sido noticia que Pedro Sánchez y Margarita Robles también fueron espiados con Pegasus. Un hecho de la máxima gravedad que señala hasta qué punto hoy nadie está a cubierto de ser escudriñado.

Según el ministro Bolaños, el autor del espionaje no fue el CNI ni ningún otro organismo del Estado. La revelación, que corta el relato victimista del independentismo que tanto juego les daba, deja abierta una gran incógnita difícil de despejar; quién infectó los móviles del Gobierno y con qué finalidad.

Pegasus para todos

Ante los diversos informes de Citizen Lab -el último citado por The New Yorker sobre el uso de su instrumento tecnológico para espiar a 60 políticos y activistas independentistas-, la empres denuncia que en los últimos años está siendo blanco del ataque de "una serie de organizaciones con motivaciones políticas, muchas de ellas con sesgos antiisraelíes bien conocidos, para producir informes inexactos, incompletos y sin fundamento".

El diario El Mundo apunta que en la sede de la ya famosa empresa en Herzliya (norte de Tel Aviv) consideran que algunas alegaciones contra el uso de Pegasus por determinados países "son incorrectas y en algunos casos imposibles a nivel contractual y técnico".

Simplemente el hecho de que no se pueda proteger el móvil del presidente debería provocar dimisiones, empezando por los dos máximos responsables de la seguridad del Estado. Así las cosas, la primera obligación de un ministro del Interior y de una ministra de Defensa es proteger al presidente del Gobierno, ¿cómo ha llegado Pegasus hasta el teléfono móvil de Pedro Sánchez?

La versión de los dos informes que el Gobierno ha recibido por parte del Centro Criptológico Nacional detalla que el móvil del presidente recibió dos invasiones por parte de Pegasus: la primera en mayo de 2021 y la segunda un mes después.

El móvil de Robles habría sufrido la invasión en junio de 2021 también.

Moncloa no ha dado mayor detalle sobre qué datos han sido robados. Aunque sí que ha confirmado el volumen del robo que corresponde a 2,6 gigas en el primer ataque al móvil de Sánchez y 130 megas en el segundo.

¿Quién está detrás de estos ciberataques?

Es la gran pregunta del millón. Por el momento no se sabe el autor del espionaje solo que podría ser algún otro Estado o multinacional, que son únicamente los dos que tienen acceso a este software de origen israelí.

Por su parte, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños ha asegurado que el espionaje no corresponde a una orden judicial y por tanto es ilegal.

La denuncia ya ha llegado a la Audiencia Nacional, que la enviará a reparto al tratarse de unos hechos de 2021.

La otra cara de Pegasus es que contribuye a evitar atentados terroristas, incluyendo por ejemplo uno en los últimos años en el Camp Nou en Barcelona.

¿Qué pasaba en España en mayo de 2021?

Para analizar los ciberataques de Pegasus nos remontamos a mayo de 2021, un mes convulso con la crisis migratoria en Marruecos como protagonista. El 18 de mayo, Pedro Sánchez acudió a la frontera después de que al menos 8.000 migrantes llegaran a Ceuta en una crisis humanitaria y política sin precedentes.

La situación llegó a abrir una crisis diplomática entre los dos país y el Ministerio de Exteriores llamó a consultas de forma urgente a la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich.

Pero eso no fue lo único relevante del mes. En Cataluña tomaba posesión Pere Aragonés en un acto con Torra y sin menciones a la Constitución.

Pegasus es un software que se introduce en un móvil y aspira toda su información (desde llamadas hasta mensajes y contactos) sin que el usuario sepa que está siendo espiado ni que el espía sepa dónde está y con quien habla. Dado que tiene la capacidad de control desde la distancia, puede activar su cámara o grabadora llegando a un nivel de información que en determinados casos puede abortar un atentado, pero también vigilar a un opositor al Gobierno que lo compró.

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