Qué puede cobrar un autónomo por incapacidad permanente según su base de cotización

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18/11/2025 - 16:17
autónomo trabajando

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Para muchos autónomos, la posibilidad de sufrir una enfermedad o accidente que limite su actividad laboral no es solo una preocupación de salud, sino también económica. La pregunta es crucial: ¿Qué pasa si ya no puedes trabajar? ¿Cuánto se cobra un autónomo por incapacidad permanente en España en 2025? La respuesta varía drásticamente en función del grado de incapacidad, la base de cotización y otros factores clave que marcan la diferencia entre una ayuda digna y una pensión modesta.

¿Cuáles son los grados y cuantías de la pensión del autónomo por incapacidad permanente?

La incapacidad permanente no es una única prestación, sino un sistema con cuatro grados reconocidos por la Seguridad Social: Incapacidad Permanente Parcial (IPP), Incapacidad Permanente Total (IPT), Incapacidad Permanente Absoluta (IPA) y Gran Invalidez (GI). Desde 2019, es obligatorio para los autónomos cotizar por contingencias profesionales, lo que les permite acceder a prestaciones similares a las del régimen general, aunque las cuantías se definen por sus bases de cotización.

Cálculo de la prestación

En 2025, el cálculo de las pensiones para el autónomo por incapacidad permanente parte de la base reguladora, establecida a partir de las bases de cotización de los años anteriores, y se le aplica un porcentaje según el grado reconocido.

  • Incapacidad Permanente Total (IPT): La pensión de IPT supone el 55 % de la base reguladora. Este porcentaje puede incrementarse hasta un 75 % en caso de IPT cualificada, si el trabajador tiene más de 55 años y no puede ejercer otra profesión. Además, existe la opción de recibir una indemnización a tanto alzado, equivalente a 40 mensualidades de la base reguladora, en lugar de pensión vitalicia, siempre que se solicite en el plazo de 30 días desde la notificación.
  • Incapacidad Permanente Absoluta (IPA): Aquí el autónomo por incapacidad permanente no puede realizar ningún tipo de trabajo. Se le concede el 100% de la base reguladora. Un beneficio clave es que esta prestación está exenta del IRPF, lo que supone un ahorro fiscal importante. Es la prestación más buscada por quienes quedan fuera del mercado laboral por causas graves.
  • Gran Invalidez (GI): En este caso se cobra el 100 % de la base reguladora más un complemento económico por la necesidad de asistencia de una tercera persona. El importe de este complemento varía entre el 30 % de la base de cotización del trabajador y el 45 % de la base mínima del régimen general.

La realidad de la base mínima

Aunque sobre el papel las pensiones pueden alcanzar cifras elevadas, la realidad es que muchos autónomos cotizan por la base mínima. Los importes estimados para este 2025 ilustran esta brecha:

  • IPT: Las pensiones oscilan entre 653€ y 3.682€ mensuales, dependiendo de la base.
  • IPA o GI: Pueden alcanzar hasta 8.591€ mensuales en aquellos casos de cotización máxima.

Sin embargo, la pensión media de un autónomo por incapacidad permanente total en 2025 ronda los 775,20€ al mes. Si se trata de una incapacidad cualificada, esta puede llegar a 903,07€ mensuales. A todas luces, una cantidad baja en comparación con las percibidas por trabajadores del Régimen General y que queda alejada del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

En el caso de la gran invalidez con cónyuge a cargo, la pensión mínima garantizada, de acuerdo con los baremos de mínimos recogidos en Quipu, asciende hasta 1.691,30€ mensuales.

¿Puede seguir trabajando un autónomo por incapacidad permanente?

Tener reconocida una incapacidad permanente no impide trabajar, salvo en el caso de la IPA si no hay compatibilidad autorizada. Muchos autónomos pueden seguir ejerciendo determinadas actividades si su estado lo permite, previa autorización de la Seguridad Social.

El autónomo debe saber que se puede mantener una actividad económica paralela siempre que esta no se contraponga a la causa médica que originó la incapacidad.

En 2025, la prestación por incapacidad permanente para el autónomo por incapacidad permanente en España sigue siendo una herramienta de protección importante, aunque su efectividad real depende en gran medida de lo que el trabajador haya cotizado. La base mínima ofrece coberturas modestas, mientras que quienes cotizan por bases altas pueden alcanzar cifras cercanas o incluso superiores al salario medio nacional. La buena noticia es que el sistema está cambiando con revalorizaciones, mejoras en los complementos y mayor protección laboral.

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