Prevenir incendios forestales podría ahorrar 99.000 millones y salvar 9,9 millones de hectáreas, según Greenpeace

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14/08/2025 - 16:00
Invertir en prevención de incendios forestales ahorraría millones y también pérdida de biodiversidad

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Mientras los termómetros se disparan en todo el país y los incendios forestales se multiplican sin tregua, Greenpeace ha puesto sobre la mesa un dato que no debería pasar desapercibido: invertir mil millones de euros anuales en prevención y gestión forestal podría ahorrar hasta 99.000 millones en extinción. Pero no solo eso. Según la organización, esta estrategia permitiría salvar 9,9 millones de hectáreas de bosque, una superficie casi equivalente a la totalidad de Portugal o una quinta parte del territorio español.

La advertencia llega en un momento crítico, en plena ola de calor y con el monte seco como yesca. Y aunque cada año se repite el mismo drama, el enfoque sigue estando demasiado centrado en apagar fuegos en lugar de evitarlos. Greenpeace quiere cambiar eso, y su mensaje es claro: prevenir sale mucho más barato que extinguir.

El coste real del fuego de los incendios forestales: más allá de las llamas

En un comunicado emitido este miércoles, la organización ecologista alertó de que los grandes incendios forestales que ya han afectado al país en lo que va de 2025 han supuesto un coste económico descomunal. Solo 28 incendios de gran magnitud han arrasado 61.250 hectáreas, y han costado al erario público nada menos que 615,2 millones de euros. Las cifras se basan en los cálculos de costes de extinción utilizados por comunidades como Navarra y Castilla-La Mancha.

Pero el impacto va mucho más allá del dinero. Mónica Parrilla de Diego, responsable de campañas de incendios forestales en Greenpeace, advirtió que “las consecuencias de los fuegos son difíciles de estimar”. Habló de pérdidas humanas, de bienes materiales irrecuperables y del deterioro de un patrimonio natural vital para la supervivencia del país. “Estamos hablando de capitales para nuestra supervivencia a través de los recursos ecosistémicos”, señaló.

Ante esta realidad, la propuesta de Greenpeace no es solo un deseo, sino un plan estructurado. Piden que la prevención sea la “principal respuesta” frente a los incendios forestales. Y para ello, reclaman que se haga pública la información sobre la inversión en prevención que realiza cada comunidad autónoma.

Además, solicitan al Gobierno central la aprobación urgente del proyecto de real decreto que establecerá criterios comunes en los planes anuales para prevenir, vigilar y extinguir incendios forestales. La idea es establecer una hoja de ruta clara, coordinada y con recursos suficientes para adelantarse a las llamas.

Mil millones al año: una inversión para transformar el paisaje

La organización también plantea una propuesta concreta: destinar mil millones de euros anuales para la gestión del paisaje forestal en todo el país. ¿El objetivo? Intervenir al menos el 1 % de la superficie forestal nacional cada año, es decir, unas 260.000 hectáreas. Las actuaciones se concentrarían en zonas estratégicas, aquellas más vulnerables o con mayor riesgo.

Este tipo de gestión activa no solo ayudaría a reducir la cantidad de combustible disponible para los incendios, sino que también haría el territorio más resiliente ante el cambio climático y permitiría preservar la biodiversidad.

Pero la acción no debe venir solo desde las administraciones. Greenpeace también pone el foco en la ciudadanía, a la que anima a involucrarse activamente en la prevención. Para ello, ha desarrollado una herramienta digital: una calculadora de riesgo que permite a cualquier persona evaluar de forma sencilla la vulnerabilidad de su vivienda frente al fuego.

“Es fundamental que la población demande recursos para que los municipios cuenten con planes de prevención ante incendios y, por supuesto, que éstos se implementen”, subraya Parrilla de Diego. Con esta herramienta, se busca que cada individuo pueda tomar conciencia de su entorno y de la importancia de estar preparado.

No podemos permitirnos no actuar

Greenpeace ha sido clara. Las cifras hablan por sí solas: mil millones al año podrían evitar un daño cien veces mayor. En una España cada vez más afectada por el cambio climático, donde las olas de calor son más frecuentes y los incendios más intensos, el modelo actual de reacción ha quedado obsoleto.

La alternativa existe, es posible y, además, resulta rentable. Prevenir los incendios forestales no es solo una cuestión ecológica. Es una cuestión económica, social y, en última instancia, de supervivencia.

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