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El mundo se enfrenta a una crisis por los residuos plásticos: si no se aprueba un tratado internacional, podrían triplicarse para 2060, con graves consecuencias para la salud, los ecosistemas y la economía. En Ginebra, delegaciones de 179 países negocian cómo frenar este peligro ambiental.
Una amenaza creciente para el planeta
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) alertó que, sin un acuerdo global, los residuos plásticos podrían triplicarse para 2060. Este incremento tendría consecuencias graves para la salud de las personas y para los ecosistemas, afectando especialmente a mares, ríos y suelos.
El problema ya se percibe en la vida diaria: objetos como popotes, bolsas, vasos desechables o cosméticos con microesferas llegan cada día a vertederos y océanos, donde pueden permanecer durante siglos.
Negociaciones clave en Ginebra en la gestión de residuos plásticos
Para frenar esta crisis, delegaciones de 179 países se reúnen en la sede de la ONU en Ginebra entre el 5 y el 14 de agosto. El objetivo es avanzar en un tratado internacional que regule todo el ciclo de vida de los plásticos, desde su diseño y producción hasta su eliminación. Los impulsores del pacto lo comparan en importancia con el Acuerdo de París sobre cambio climático. Sin embargo, también existen resistencias, en especial de países productores de petróleo y gas, ya que estas materias primas son esenciales para fabricar plásticos.
Uno de los puntos centrales del borrador que se debate es la “circularidad de los plásticos”. Esto significa diseñar productos que puedan reutilizarse, reciclarse o degradarse de forma segura, evitando que se conviertan en residuos plásticos que acaben contaminando. Los representantes también comparten experiencias de éxito, como el uso de materiales alternativos y la eliminación progresiva de productos de un solo uso.
La idea es que la solución no dependa únicamente del reciclaje, sino de cambios profundos en los sistemas de producción y consumo.
Impacto en la salud y la economía
Los efectos de los residuos plásticos no se limitan al medio ambiente. Un informe de la revista médica The Lancet advierte que los químicos presentes en los plásticos pueden provocar enfermedades en todas las etapas de la vida humana. Así, bebés y niños pequeños son los más vulnerables. Además, se calcula que las pérdidas económicas derivadas de los problemas de salud vinculados a la contaminación plástica superan los 1,5 billones de dólares anuales.
En 2024, la humanidad produjo más de 500 millones de toneladas de plástico, de las cuales unas 399 millones terminaron como residuos plásticos. Las proyecciones indican que las fugas de plástico al medio ambiente podrían aumentar un 50 % para 2040. El costo acumulado de los daños provocados entre 2016 y 2040 podría alcanzar los 281 billones de dólares, una cifra que ilustra la magnitud del desafío.
Camino hacia un tratado
El proceso de negociación no empezó en Ginebra. Desde 2022 se han celebrado reuniones en Uruguay, Francia, Kenia, Canadá y Corea del Sur. Ahora, la expectativa es que las delegaciones avancen hacia un texto final que comprometa legalmente a los países.
Por ello, lograr un acuerdo sólido podría marcar un antes y un después en la lucha contra los residuos plásticos, ofreciendo una oportunidad real de proteger la salud de las personas, la biodiversidad y la economía global.
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