• NOTICIAS

Sudán del Sur 2025, un proceso de paz al borde del colapso y crisis humanitaria

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
11/12/2025 - 08:41
Fuerzas de paz patrullan en Tambura, en el suroeste de Sudán del Sur.

Lectura fácil

La joven nación de Sudán del Sur, nacida en 2011 con la esperanza de un futuro próspero y pacífico, se enfrenta en 2025 a una de sus encrucijadas más críticas. El proceso de paz revitalizado, que con tanto esfuerzo se logró alcanzar, parece estar desmoronándose de forma acelerada, con señales alarmantes de una posible escalada de violencia y un deterioro sin precedentes de la situación humanitaria. La comunidad internacional, encabezada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), observa con preocupación cómo la inacción, la falta de voluntad política y la corrupción de los líderes están empujando al país hacia un precipicio.

Este reportaje profundiza en las causas y consecuencias de este colapso inminente, la ineficacia de los acuerdos, el impacto devastador en la población civil y la urgencia de una intervención internacional más contundente para evitar un desastre a gran escala en una de las regiones más volátiles de África.

Un proceso de paz frágil y cuestionado desde su origen

El Acuerdo Revitalizado sobre la Resolución del Conflicto en Sudán del Sur (R-ARCSS, por sus siglas en inglés), firmado en 2018, supuso un hito y una esperanza para poner fin a una guerra civil brutal que causó cientos de miles de muertos y millones de desplazados. Sin embargo, su implementación ha sido lenta, fragmentada y plagada de incumplimientos desde el principio. Los principales actores, el presidente Salva Kiir y el primer vicepresidente Riek Machar, han mostrado una constante falta de consenso y de compromiso real para avanzar en puntos cruciales.

En 2025, la situación se ha agravado notablemente, con el plazo extendido para las elecciones generales (previstas originalmente para 2024 y ahora pospuestas indefinidamente) como principal punto de fricción. La falta de progreso en la unificación de las fuerzas armadas, la reforma del sector de seguridad y la elaboración de una Constitución permanente son síntomas de un proceso estancado que solo beneficia a las élites en el poder.

Las alarmas de la ONU y la Misión UNMISS

La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS) ha emitido reiteradas advertencias sobre el peligro de un colapso total. Sus informes de 2025 son contundentes:

  • Aumento de la violencia subnacional: A pesar de la "paz" oficial, los enfrentamientos entre comunidades y grupos armados locales se han intensificado en diversas regiones, alimentados por disputas territoriales, étnicas y por el control de recursos.
  • Violaciones de derechos humanos: La UNMISS documenta abusos sistemáticos, incluyendo asesinatos, violencia sexual y de género, secuestros y detenciones arbitrarias, a menudo perpetrados por las propias fuerzas de seguridad o grupos aliados.
  • Falta de avances políticos: La hoja de ruta hacia la Constitución y las elecciones se encuentra paralizada, generando frustración y desconfianza en la población y en la comunidad internacional.

La sensación generalizada es que los líderes de transición no están interesados en ceder poder o en crear un sistema democrático funcional que pueda amenazar sus intereses.

La devastadora crisis humanitaria de un pueblo al límite

Si el proceso de paz se desmorona por completo, las consecuencias para la población civil serán catastróficas. Sudán del Sur ya es, en 2025, uno de los países con la crisis humanitaria más severa del mundo:

  1. Inseguridad alimentaria masiva: Millones de personas sufren de hambre extrema debido a una combinación de conflicto, sequías, inundaciones y desplazamiento. La vuelta a la violencia dificultaría aún más la entrega de ayuda.
  2. Desplazamiento interno y refugiados: Más de 2.2 millones de sursudaneses son desplazados internos y otros 2.3 millones son refugiados en países vecinos. Un rebrote del conflicto provocaría nuevas oleadas de huida.
  3. Colapso de servicios básicos: La sanidad, la educación y el acceso a agua potable son mínimos o inexistentes en muchas áreas. La inestabilidad impediría la reconstrucción y el desarrollo de estos servicios esenciales.
  4. Vulnerabilidad extrema: Mujeres, niños y niñas son particularmente vulnerables a la violencia, la explotación y el abuso en contextos de conflicto.

La ayuda humanitaria, que ya lucha por llegar a las zonas más remotas y peligrosas, se vería gravemente comprometida, dejando a millones de personas sin asistencia vital.

Inacción internacional y la amenaza de la fatiga de los donantes

A pesar de las constantes advertencias y los esfuerzos diplomáticos, la respuesta internacional a la crisis de Sudán del Sur ha sido percibida a menudo como insuficiente. La "fatiga de los donantes" es una preocupación creciente, ya que la atención global se ha dispersado hacia otros conflictos y crisis.

La UNMISS, con un mandato limitado, se esfuerza por proteger a los civiles y apoyar la implementación de la paz, pero su capacidad para influir en los líderes políticos del país es limitada sin una presión externa más concertada y sanciones efectivas contra aquellos que socavan la paz. La comunidad internacional debe pasar de las meras declaraciones a una acción unificada y contundente, exigiendo responsabilidades y apoyando de manera proactiva la construcción de instituciones democráticas.

Un futuro robado

El posible desmoronamiento del proceso de paz en Sudán del Sur en 2025 es una tragedia anunciada. Es el resultado de una élite política que ha priorizado el poder y el enriquecimiento personal sobre el bienestar de su pueblo. La promesa de independencia y prosperidad se ha visto secuestrada por la ambición y la incapacidad de construir una nación inclusiva.

Los expertos en seguridad regional advierten que un retorno a la guerra civil en Sudán del Sur tendría consecuencias desastrosas no solo para el país, sino para toda la región del Cuerno de África, desestabilizando a países vecinos que ya luchan con sus propios conflictos y acogiendo a millones de refugiados. La comunidad internacional tiene una responsabilidad moral y estratégica.

Añadir nuevo comentario