Un grupo de científicos desarrolla embriones de ratón en un útero artificial

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18/03/2021 - 12:32
Desarrollan embriones de ratón en un útero artificial

Lectura fácil

Un grupo de científicos ha logrado extraer el embrión y observar su desarrollo justo como se hace de manera natural dentro del útero de una rata. Este avance permitirá a los investigadores aprender más sobre por qué los embarazos terminan en abortos espontáneos o por qué los óvulos fertilizados no se implantan.

Embriones de ratón crecen por primera vez dentro de un útero artificial

Según un artículo publicado este miércoles en la revista Nature, un grupo de científicos ha extraído un embrión de ratón del útero de su madre en un laboratorio israelí. El cigoto fue colocado enseguida en uno de los viales de vidrio de un carrete especial que, al amparo de una incubadora y un fluido cargado de nutrientes, forman un útero artificial. Durante los siguientes cinco días, el equipo vio con sorpresa el desarrollo del embrión hasta el punto de latirle el corazón.

El experimento, que en el siglo XXI aún parece ciencia ficción, ha tenido lugar en el Instituto de Ciencias de Weizmann, en la ciudad de Rehovot, a unas 12 millas al sur de Tel Aviv, y es la primera vez que un grupo de científicos logra observar el crecimiento de un embrión de un mamífero fuera de su madre.

Asimismo, el objetivo de las pruebas es el de ayudar a los especialistas a comprender cómo se desarrollan los mamíferos y cómo las mutaciones genéticas, los nutrientes y las condiciones ambientales pueden afectar al feto.

Fertilizar óvulos de mamíferos en el laboratorio y cultivarlos por poco tiempo

Por su parte, el equipo investigador podía fertilizar óvulos de mamíferos en el laboratorio y cultivarlos por poco tiempo. Sin embargo, para lograrlo, necesitaban un útero vivo. El periodo de gestación de un ratón es de solo 20 días. El equipo extrajo el embrión de la madre a los cinco días de gestación, a la mitad de su desarrollo. En esa etapa, un ser humano sería ya un feto.

Apoyados del útero artificial, cuyos 10 viales giran en una rueda lentamente para que los embriones no se adhieran a la pared, donde se deformarían y morirían, las incubadoras proporcionaron oxígeno y dióxido de carbono para permitir la continuidad de su crecimiento.

Al día 11 de desarrollo (más de la mitad del embarazo de un ratón), examinaron los embriones, que alcanzaron el tamaño de semillas de manzana, y los compararon con los que se desarrollan en el útero de ratones vivos y se encontraron con que los embriones de laboratorio eran idénticos, al punto de que les latía el corazón, según ha explicado el doctor Jacob Hanna del Instituto de Medicina Genética del Instituto de Ciencia de Weizmann.

Avance limitado, hay que superar el periodo de madurez

No obstante, los embriones cultivados en laboratorio para ese momento se habían vuelto demasiado grandes para sobrevivir sin un suministro de sangre de su madre. Tenían placenta y un saco vitelino, pero la solución nutritiva que los alimentaba por difusión ya no fue suficiente.

Al alcanzar este punto, el próximo objetivo, ha reconocido Hanna, es superar ese periodo de madurez. Actualmente se está considerando usar una solución nutritiva enriquecida o un suministro de sangre artificial que se conecte a las placentas de los embriones y pueda permitir que su desarrollo continúe.

Sin embargo, para los especialistas, la capacidad de mantener vivos y en desarrollo a los embriones hasta la mitad del embarazo "es una mina de oro". Hanna ha declarado que él y sus compañeros habían extraído óvulos fertilizados de los oviductos de ratones hembra justo después de la fertilización, en el día 0 de desarrollo, y los habían cultivado en el útero artificial durante 11 días.

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