Poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas no es solo un derecho humano básico, sino que además es crucial para el desarrollo sostenible.
La evidencia demuestra que, ante una crisis de índole humanitario las niñas y mujeres sufren una doble vulnerabilidad que, inevitablemente, las deja atrás.
La pandemia del coronavirus ha dejado concluidas todas las competiciones de equipo de deporte femenino. Todos los campeonatos contemplan que no habrá descensos pero si habrá ascensos.
La mutilación genital femenina no está obsoleta. Hay que seguir luchando para que otros países africanos, de Asia y de Medio orienten terminen con esta salvajada.