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Cada jornada laboral en España arranca con un dato llamativo: alrededor de un millón y medio de personas no acuden a su puesto de trabajo, lo que se conoce como absentismo laboral. Así lo revela un reciente informe de la Fundación Civismo, que pone cifras a un fenómeno creciente y con consecuencias de gran alcance tanto en la economía como en la organización social del país.
El peso económico del absentismo laboral: más del 3 % del PIB
Según el estudio, de ese millón y medio de ausencias diarias, 1,2 millones corresponden a procesos de incapacidad temporal (IT) relacionados con enfermedades comunes o accidentes. Estas bajas médicas, que se han convertido en un elemento estructural del mercado laboral español, generan un impacto económico de enorme magnitud.
Civismo calcula que el coste total del absentismo laboral supera el 3 % del Producto Interior Bruto (PIB), lo que equivale a más de 45.000 millones de euros anuales. En términos de productividad, esto se traduce en la pérdida del 7 % de las horas pactadas entre empleadores y trabajadores. La fundación lo define como “un fenómeno masivo, con profundas repercusiones económicas y sociales”.
El estudio contextualiza el coste del absentismo laboral comparándolo con otras grandes partidas del gasto público. Los 45.000 millones de euros que se pierden cada año por este motivo superan ampliamente el presupuesto destinado a las universidades públicas, que apenas representa el 1,2 % del PIB.
También supera el gasto en investigación y desarrollo (I+D), situado en torno al 1,4 % del PIB, y cuadruplica los recursos dedicados a las políticas activas de empleo, que no llegan al 0,2 %. Estas comparaciones buscan ilustrar que la factura del absentismo no solo es significativa, sino que rivaliza con sectores estratégicos para el crecimiento económico y la innovación.
Diferencias regionales: la industria y el sector público, más expuestos
El Instituto Nacional de Estadística (INE), a través de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL), ofrece una mirada complementaria. Los datos revelan que las comunidades autónomas con una fuerte presencia industrial —como País Vasco, Navarra y Asturias— y aquellas donde el sector público (especialmente sanidad, educación y administración) tiene un peso considerable, tienden a registrar las tasas más altas de absentismo laboral.
En contraste, las regiones con mercados laborales centrados en el turismo y los servicios privados, como Baleares, Canarias o la Comunidad Valenciana, muestran niveles más bajos de ausencias. La estructura productiva de cada territorio parece, por tanto, influir de forma directa en la frecuencia y duración de las bajas laborales.
Para comprender con mayor profundidad la naturaleza de estas ausencias, es necesario observar los datos de la Seguridad Social sobre los procesos de incapacidad temporal. En 2023, las comunidades de Galicia, Asturias y País Vasco registraron duraciones medias de baja superiores a la media nacional, lo que contribuye significativamente al número total de jornadas laborales perdidas.
Por el contrario, regiones como Madrid y Baleares se caracterizan por procesos más breves, lo que mitiga su efecto agregado sobre el absentismo laboral. Esta diferencia apunta a la existencia de factores estructurales, culturales y organizativos que influyen en la gestión de la salud laboral y en la reincorporación al trabajo.
Factores de riesgo y siniestralidad laboral
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) identifica la siniestralidad laboral y la exposición a riesgos profesionales como elementos determinantes del absentismo vinculado a bajas médicas.
Las comunidades con una fuerte presencia industrial o extractiva, como Asturias o País Vasco, presentan una mayor incidencia de incapacidades temporales derivadas de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales. En cambio, los territorios más orientados a los servicios privados, como Madrid o Baleares, registran niveles inferiores de absentismo asociado a riesgos físicos, aunque puedan enfrentarse a otros factores, como el estrés o la precariedad laboral.
Un desafío estructural para la productividad
Los expertos de la Fundación Civismo advierten que la persistencia de este nivel de absentismo plantea un desafío estructural para la competitividad del país. La pérdida de productividad, sumada al coste económico y social que implica, afecta no solo a las empresas, sino también al sistema público de protección social y a la sostenibilidad del empleo.
El fenómeno, concluye el informe, requiere una reflexión profunda sobre la salud laboral, la organización del trabajo y la corresponsabilidad entre empresa, trabajador y administración pública. En palabras de Civismo, el absentismo laboral en España “ya no puede considerarse un problema marginal, sino un fenómeno masivo con efectos que trascienden el ámbito individual”.
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