La accesibilidad en hoteles, una cuenta pendiente y una barrera para las vacaciones de personas con discapacidad

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
02/08/2023 - 09:13
La falta de accesibilidad en hoteles, impide las vacaciones a muchas personas

Lectura fácil

La planificación de las vacaciones para las personas con discapacidad y sus familias, puede suponer, y supone, un auténtico calvario, porque hoteles accesibles hay muy pocos.

Y no hablamos solo de que cuenten con rampas, ascensores lo bastante grandes para una silla de ruedas, no, sino que también se trata de la falta de accesibilidad para la discapacidad intelectual, la falta de pictogramas, textos en lectura fácil y actividades de ocio que tengan en cuenta a menores con esta condición.

Estas familias suelen viajar poco, por el miedo que les supone el no saber que se van a encontrar cuando lleguen al destino, por lo que, Rosa Roldán, educadora e integradora social y directora del Club de Ocio de Asprona Plena Inclusión Albacete, ofrecen consejo y ayuda para encontrar alojamientos que tengan en cuenta todas estas necesidades y derechos.

Hoteles accesibles: el objetivo para crear un turismo para todos

Según Roldán, la accesibilidad es una obligación de las empresas. Lamentablemente, tal y como expone Frances Romeu, abogado y especialista en Accesibilidad Universal y Diseño, lo común es que no existan hoteles adaptados a las necesidades de las personas con discapacidad intelectual.

"Normalmente no cumplen con la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, del año 2013. Las empresas, tanto las públicas como privadas y, por tanto, también las cadenas hoteleras, están obligadas a tener planes de accesibilidad actualizados y en aplicación, que cumplan con la accesibilidad física, sensorial, cognitiva, intelectual o del desarrollo, etc. Estas empresas, explica, disponen de unos plazos para cumplir con esta normativa. La ley permite que vayan implantándolo poco a poco y también marca las sanciones por incumplimiento, el problema es que como nadie lo mira...".

Además, Romeu destaca la importancia de certificaciones como la Certificación de Accesibilidad Universal UNE 170001-2, de AENOR.

El experto, señala que los hoteles obvian el cumplir con la accesibilidad cognitiva, en la que también se deben implementar los principios DALCO, que según Romeu, "son los que establecen que cualquier persona debe poder deambular, transitar, localizarse y comunicarse en un espacio. Se pueden hacer recorridos con señalética por colores para que el usuario sepa cómo llegar a la piscina, al gimnasio, al restaurante, etc.". 

Pero lo principal para que los hoteles sean accesibles, es fundamental aportar la formación y capacitación de los profesionales de dicho sector.

Ambos expertos en accesibilidad, abogan por la existencia de personal especializado para atender y hacer disfrutar las vacaciones de dicha personas.

"Es importante el apoyo humano; personal que haga sentir a la familia cómoda y que esté a disposición de sus necesidades. En definitiva, humanizar los hoteles", añade Rosa Roldán.

Pedagogía de insistencia, para las mentes más cerradas y poco inclusivas

Según Romeu, la razón por la que los hoteles se resisten a adaptar sus instalaciones y su personal es, "primero, la sensación de ‘yo lo hago así desde hace 20 años y funciona, mientras no venga un inspector...'. Hay que hacer una labor de pedagogía de insistencia y que lo entiendan como quieran, desde el punto de vista de obligación legal, responsabilidad social o de estrategia de empresa".

Hay que hacerles ver, que la accesibilidad no es un 'problema' para el sector hotelero, sino un llamativo para la sociedad, pues al aumentar la calidad del servicio, se amplia la respuesta, haciendo así un llamamiento a otro colectivo, lo que dará mayores ganancias al alojamiento.

Cuando hablamos de accesibilidad en el sector hotelero, debemos de entenderlo como algo rentable a nivel económico, no como gasto, sino como una inversión, ganando posiciones frente a la competencia en el sector, y dando la posibilidad de convertirse en un referente a nivel turístico y social.

El problema, es la masificación, tal y como apunta Romeu. La mentalidad de la gente cambia, pero la de las empresas no. Los hoteles se masifican tanto que los que salen perdiendo son las personas con discapacidad.

Añadir nuevo comentario