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La actual recomposición del comercio internacional derivada de la llamada “Pax arancelaria” que impulsa Estados Unidos está generando escenarios imprevistos para algunos sectores agrícolas españoles. La política de Donald Trump en materia de tarifas, destinada a presionar a países considerados competidores o aliados incómodos, está abriendo huecos de mercado en lugares insospechados. Si en el caso del atún en conserva los aranceles diferenciales han beneficiado a España frente a Tailandia en el mercado norteamericano, en el algodón español podría repetirse algo similar con la India.
Hace solo unos días, el Gobierno de Narendra Modi decidió ampliar hasta el próximo 31 de diciembre la exención de aranceles sobre la importación de algodón extranjero. La medida se interpreta como una reacción a la decisión de Washington de aplicar un arancel del 50 % a todas las exportaciones indias, incluyendo las de su potente industria textil, un castigo derivado de la compra de crudo ruso por parte del país asiático. Esta tensión ha hecho que la India, hasta hace poco socio estratégico de Estados Unidos, empiece a acercarse a la órbita de China.
Espalgodón defiende la calidad del producto nacional
“Puede ser una oportunidad”, resume Enrique González, presidente de la Interprofesional del Algodón Espalgodón. La organización, que reúne a las principales agrupaciones agrarias españolas (Asaja, COAG y UPA) y a las asociaciones de la industria desmontadora (AEDA y Adesur, con ocho factorías en España), ve en la prórroga india una posibilidad de negocio adicional.
González, también al frente de la cooperativa Las Palmeras del Trobal, aclara que la mayor parte de las exportaciones están gestionadas por grandes comerciantes internacionales, pero subraya el valor diferencial del algodón español. En sus palabras, “apostamos por variedades premium, con fibras más largas y de mayor calidad, y además cultivamos exclusivamente variedades no transgénicas, en cumplimiento con la normativa de la Unión Europea”. Se trata de un cultivo que depende en gran medida del regadío, siendo minoritaria la superficie de secano.
Andalucía, epicentro de la producción de algodón español
El algodón español se produce casi en exclusiva en Andalucía (Cádiz, Córdoba, Sevilla, Huelva y Jaén), aunque también hay plantaciones en la Región de Murcia. España ocupa el segundo lugar en la producción europea, únicamente superada por Grecia, dentro de un grupo muy reducido de países productores en el continente, donde también figura Bulgaria.
A nivel mundial, sin embargo, el peso europeo es limitado. Según el Ministerio de Agricultura, en la campaña 2023-2024 se sembraron 51.679 hectáreas, con una producción final de 49.099 toneladas. La fuerte sequía redujo notablemente las cifras respecto al ejercicio anterior, cuando se obtuvieron 122.720 toneladas en una superficie similar. En 2021-2022, el volumen había sido aún mayor: 174.921 toneladas.
El destino principal del algodón español es la exportación.
El papel de India en el comercio exterior
Los datos oficiales muestran que, durante el año pasado, las exportaciones del algodón español se dieron por valor de 62,97 millones de euros, de los cuales 56,11 millones correspondieron a fibra sin cardar ni peinar. En contraste, las importaciones apenas superaron los 21 millones.
Los principales destinos fueron Pakistán (18,38 millones), Grecia (9,29 millones), Bangladesh (8,25 millones), India (4,64 millones) y Portugal (4,50 millones). Es decir, la India ocupa el cuarto lugar en el ranking de compradores, aunque la extensión de la exención arancelaria podría favorecer un mayor peso en el futuro inmediato.
Una campaña marcada por la incertidumbre
La recolección de la actual cosecha comenzará entre finales de septiembre y la primera mitad de octubre. Las lluvias de este año han traído cierto alivio tras dos campañas muy secas, lo que ha llevado a COAG a señalar que “la sequía oficialmente terminó este año”. No obstante, su responsable de algodón, José Luis Ibáñez, insiste en que el cultivo sigue en una situación “compleja”.
El agua disponible no ha evitado que se reduzca la superficie sembrada. “Es un cultivo cogido con pinzas, al límite de la rentabilidad”, explica Ibáñez, lamentando que ya no sea la primera opción en provincias como Cádiz y Sevilla. A esto se suma que los precios en origen han bajado, lo que desincentiva aún más a los agricultores.
Perspectivas y desafíos
Pese a contar con una ayuda específica de la Política Agraria Común (PAC) destinada a cubrir parte de los costes de producción, los problemas persisten. Desde Espalgodón, Enrique González recuerda que las plagas y la sequía hicieron que la producción de la última campaña (2024-2025) quedara en torno a las 103.000 toneladas, frente a una previsión inicial de 135.000.
De cara a este año, la superficie plantada se ha reducido a menos de 47.000 hectáreas, unas 5.000 menos que en la anterior campaña. Aun con un mayor aporte de agua, las estimaciones apuntan a una producción que podría situarse entre 110.000 y 120.000 toneladas.
En este contexto de tensiones comerciales internacionales, la prórroga india en la exención de aranceles al algodón extranjero se perfila como una oportunidad que los productores españoles no quieren desaprovechar. Aunque los retos estructurales del sector (precios bajos, rentabilidad ajustada, reducción de superficie) siguen vigentes, la calidad reconocida del algodón español y andaluz y la coyuntura política mundial podrían abrirle un nuevo camino en un mercado clave como el indio.
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