Europa debe actuar ante los asesinatos de activistas ambientales

EmailFacebookTwitterLinkedinPinterest
25/09/2021 - 08:30
La hondureña Berta Cáceres fue asesinada en 2016. Su caso sigue siendo icónico sobre los riesgos que enfrentan los ambientalistas.

Lectura fácil

Es una tragedia que se repite: una persona dedicada a preservar el patrimonio natural en el país aparece muerta. La vida de los activistas ambientales que luchan por la conservación de las selvas, reservas y comunidades indígenas, está en riesgo permanente. Y cada vez más. El informe más reciente de Global Witness señala que los asesinatos de líderes ambientales alcanzaron cifras históricas en 2020 con cuatro crímenes a la semana.

Esto pone de relieve la organización internacional que reporta 227 asesinatos de defensores de La Tierra, un récord desde que monitorizan estos crímenes, el pasado año 2012. La inmensa mayoría de ellos han sido documentados en países del Sur, siendo Colombia el que más asesinatos de activistas ambientales registró.

Son todavía más las personas que han sido agredidas físicamente, arrestadas o encarceladas o han recibido amenazas de violaciones o secuestros.

Ante esto, la Unión Europea tiene que actuar con claridad contra los asesinatos de activistas ambientales en todo el mundo.

A medida que se intensifica la crisis climática, también aumenta la violencia contra quienes protegen la naturaleza y nuestro planeta

El mundo es más peligroso que nunca para las personas defensoras de la tierra y del medio ambiente, y la agroindustria es el sector más vinculado a los asesinatos.

Nunca ha sido un momento más letal para defender la comunidad, el modo de vida o el medio ambiente. Innumerables personas en todo el mundo están bajo amenaza por enfrentarse al poder de grandes corporaciones, grupos paramilitares e, incluso, sus propios gobiernos.

Las actividades extractivas como la minería y la tala ocuparon el mayor número de personas que fueron asesinadas en defensa de estos entornos.

Además de las amenazas de muerte, los activistas ambientales ven también amenazadas a sus familias

Desde Global Witness señalan además que a medida que se intensifica la crisis climática, "también aumenta la violencia contra quienes protegen su tierra y nuestro planeta". E insisten que no se podrá "defender a los defensores" mientras no se pase a la acción climática.

El grueso de los asesinatos se cometieron en países del Sur Global, pues solo uno se produjo en un país desarrollado (en Canadá). El país con más crímenes contra defensores ambientales fue Colombia, con 65 asesinatos de activistas ambientales. Y más de la mitad de todas las matanzas denunciadas se dieron en solo tres naciones, Colombia, México y Filipinas. El cuarto país con más violencia contra indígenas y personas vinculadas a la protección de los ecosistemas fue Brasil, con 20 ataques.

Y precisamente en este gigante del cono latinoamericano, la ONU también ha alertado por los ataques contra pueblos indígenas en la Amazonía brasileña. En concreto , Michelle Bachelet, alta Comisionada de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, se ha mostrado alarmada por los recientes ataques perpetrados por mineros ilegales contra los pueblos indígenas de Yanomami y Munduruku, en Brasil. Estos hechos estarían asociados a la explotación de recursos madereros y minerales en la Amazonía y en este sentido también se señalan los "intentos de legalizar negocios en territorios indígenas y limitar la demarcación de tierras” ante la inacción de las autoridades brasileñas.

La situación, se teme, no mejorará en el futuro

Estos activistas ambientales ayudan a proteger la tierra, bosques, agua y otros recursos naturales y pueden ser cualquiera que resiste la violencia, como líderes comunitarios, abogados, periodistas, miembros de movimientos sociales, trabajadores de ONG e indígenas.

Las compañías multinacionales y los gobiernos deben ser más transparentes y responsables. Por su parte, el consumidor debe actúe con conciencia y comprar productos responsables.

La ecología del planeta es fundamental para la producción de alimentos y recursos, de los que todos dependemos, y, en último término, estamos obligados a apoyarla. Parte de este de apoyo supone defender a la gente que lo protege.

No podemos seguir en silencio ante estos crímenes. Si permanecemos callados y dejamos de mostrar indignación ante asesinatos de activistas medioambientales, estos ataques seguirán.

La paz, la protección de los derechos humanos y un futuro sostenible y sin corrupción solo será posible si quienes defienden sus derechos, la tierra y el medioambiente son también defendidos: si se obliga a las empresas a operar con responsabilidad, si las comunidades son escuchadas y si se detienen los asesinatos de quienes protegen al planeta.

Somos nosotros quienes podemos solidarizarnos con los defensores y defensoras y usar nuestras voces para crear conciencia sobre su lucha.

Añadir nuevo comentario