Talento sin etiquetas: atletas con discapacidad intelectual que rompen barreras en España 

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23/09/2025 - 16:00
Los hermanos Deliber y Dionibel Rodríguez tras una prueba de los 400 metros lisos. Fuente: AD

Lectura fácil

Cuando pensamos en deporte paralímpico, nuestra mente suele evocar imágenes de atletas en silla de ruedas volando por la pista o de nadadores ciegos guiados por el tacto. Son imágenes poderosas de superación física que, con razón, han conquistado el imaginario colectivo. Sin embargo, dentro del universo del deporte adaptado, existe una categoría de gigantes a menudo relegada a un segundo plano mediático: la de los atletas con discapacidad intelectual.

Su lucha no es solo contra el cronómetro o la gravedad, sino contra una barrera mucho más sutil y persistente: la de los prejuicios y el desconocimiento. Los atletas con discapacidad intelectual son deportistas de élite cuyo mérito va más allá de la fuerza o la velocidad, residiendo en una combinación extraordinaria de concentración, disciplina y una inquebrantable voluntad de superación. Y España tiene en este campo a algunos de los mejores del mundo.

Los hermanos Rodríguez: velocidad, récords y un vínculo inquebrantable

Para entender el nivel de excelencia de estos atletas, basta con nombrar a Dionibel y Deliber Rodríguez. Estos dos hermanos, originarios de la República Dominicana y afincados en Soria, son la punta de lanza de una generación de oro del atletismo español. Su palmarés es, sencillamente, espectacular. Dionibel es el actual recordman mundial de los 400 metros lisos en su categoría, un hito que lo consagra como el hombre más rápido del planeta en esta disciplina.

Juntos, forman parte de un equipo de relevos 4x400 metros de atletas con discapacidad intelectual que también ha batido el récord del mundo. Su historia no es solo la de dos atletas excepcionales, sino la de un apoyo mutuo incondicional, la de dos hermanos que han encontrado en las pistas de atletismo el escenario perfecto para canalizar su energía y demostrar su inmenso talento. Su éxito no es una casualidad, sino el resultado de años de entrenamiento riguroso, sacrificio y el apoyo de una estructura federativa que ha creído en ellos.

La competición por dentro: más allá del esfuerzo físico

¿Qué hace diferente y meritoria la competición para atletas con discapacidad intelectual? El mérito reside en que el desafío es doble. No se trata solo de la preparación física, sino de superar barreras cognitivas que para otros deportistas son inexistentes.

  • Comprensión táctica y estratégica: En deportes como el atletismo, no todo es correr. Hay que entender la estrategia de una carrera, dosificar el esfuerzo, reaccionar a la salida o ejecutar un cambio de testigo en un relevo. Son procesos que exigen una gran concentración y una comprensión abstracta del reglamento y la táctica.
  • Gestión de la presión y la ansiedad: El ambiente de un campeonato internacional, con el ruido, los focos y la presión de la competición, puede ser un entorno abrumador. Para muchos de estos atletas, aprender a gestionar esa ansiedad es una parte fundamental de su entrenamiento.
  • El sistema de clasificación (Virtus): Para garantizar una competición justa, los atletas se agrupan en diferentes clases según el tipo y grado de su discapacidad. La organización internacional que rige este deporte es Virtus, y en España, la FEDDI (Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual). Las principales clases son:
    • II1: Para atletas con discapacidad intelectual.
    • II2: Para atletas con una discapacidad intelectual más significativa (donde compiten muchos atletas con síndrome de Down).
    • II3: Una nueva categoría para atletas de alto funcionamiento dentro del espectro autista.

Este sistema asegura que compitan entre iguales, valorando el mérito deportivo por encima de todo.

Referentes que rompen estereotipos

El éxito de atletas con discapacidad intelectual como los hermanos Rodríguez tiene un impacto que trasciende las medallas. Cada récord que baten es un martillazo contra el muro de los estereotipos que asocian la discapacidad intelectual con la incapacidad.

Se convierten en referentes poderosos para cientos de jóvenes y familias que ven en ellos la prueba de que no hay límites. Demuestran que la disciplina y el esfuerzo dan sus frutos, y que el deporte es una herramienta incomparable para el desarrollo personal, la autonomía y la inclusión social. Su visibilidad ayuda a cambiar la percepción de la sociedad, que empieza a ver al atleta, al campeón, y no solo la etiqueta de su discapacidad.

Por desgracia, el reconocimiento mediático y las oportunidades de patrocinio de atletas con discapacidad intelectual siguen estando a años luz de los de otros deportistas de élite. Es la gran asignatura pendiente. Darles el espacio y la visibilidad que merecen no es un acto de caridad, sino de justicia. Es reconocer el talento en su forma más pura y celebrar a unos campeones que nos enseñan, cada día, que la única etiqueta que importa es la de deportista.

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